Críticas a gestión de alerta roja por lluvias en España

2 junio, 2025
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Críticas a gestión de alerta roja por lluvias en España

Controversia por la ausencia de aviso rojo durante lluvias torrenciales en Valencia

Una fuerte polémica ha sacudido recientemente a la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) tras las intensas lluvias torrenciales en la Comunidad Valenciana. Las críticas se enfocan especialmente en la ausencia de un aviso de nivel rojo, el más alto del sistema de alertas meteorológicas, a pesar de que se registraron precipitaciones extraordinarias.

El jefe de AEMET en la Comunidad Valenciana, Jorge Tamayo, ha calificado como «incomprensible» que no se activase esta advertencia, lo cual deja en entredicho la gestión de un episodio de gota fría que afectó a gran parte del litoral valenciano.

¿Qué ocurrió durante el episodio extremo de lluvias?

Durante el 5 y 6 de junio, diversas comarcas del sur de la Comunitat Valenciana sufrieron una intensa DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos). Este fenómeno debilitó infraestructuras, provocó inundaciones, cortes de tráfico y obligó a evacuar a decenas de personas. Municipios como Ontinyent, Alzira, Xàtiva o Dénia registraron lluvias superiores a los 120 litros por metro cuadrado en menos de 12 horas.

En estos contextos, el protocolo prevé la activación de niveles de aviso, que pueden ser:

  • Verde: Sin riesgos significativos.
  • Amarillo: Posibles fenómenos meteorológicos con cierto peligro.
  • Naranja: Riesgo importante.
  • Rojo: Riesgo extremo.

En este caso, AEMET emitió solo un aviso naranja, lo que muchos consideran insuficiente ante la magnitud de las precipitaciones.

Jorge Tamayo lamenta la decisión: “Debió emitirse una alerta roja”

Durante una entrevista concedida a medios regionales, Jorge Tamayo expresó su desconcierto ante la decisión tomada por la sede central de AEMET en Madrid. Según declaró:

“Es evidente que el criterio de los técnicos en Valencia era el de declarar aviso rojo. Nos parece una medida necesaria que no se aplicó sin explicación clara”.

El responsable autonómico manifestó que el comportamiento de las lluvias estaba dentro de los parámetros previstos para una alerta máxima, tanto por su intensidad como por su impacto en infraestructuras y población.

Incluso, en algunos sectores se ha hablado de una descoordinación entre administraciones y falta de sensibilidad hacia las particularidades territoriales.

El impacto de no activar la alerta roja

Consecuencias en la gestión de emergencias

La activación de una alerta roja permite poner en marcha mecanismos de emergencia más robustos. Involucra a:

  • Protección Civil: despliegue preventivo de medios de rescate.
  • Educación: cierre de escuelas y centros dependientes.
  • Transporte y movilidad: cancelación de rutas o cortes controlados.

Al mantenerse la alerta en nivel naranja, muchas de estas acciones preventivas se activaron tarde o no se llevaron a cabo, lo que aumentó los riesgos para la ciudadanía.

Críticas de alcaldes y consejeros autonómicos

Varios ayuntamientos afectados alzaron la voz para denunciar una falta de anticipación por parte del Gobierno central. La Generalitat Valenciana también ha pedido explicaciones formales a AEMET y exige una revisión de los protocolos ante fenómenos climáticos extremos.

Entre los líderes que expresaron su malestar se encuentran:

  • Alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez: calificó la gestión de “nefasta”.
  • Consellera de Interior, Gabriela Bravo: solicitó una reunión urgente con representantes de AEMET.

¿Qué criterios definen una alerta roja?

La AEMET justifica que la activación de una alerta roja depende de una estimación matemática basada en modelos meteorológicos que evalúan:

  • Precipitaciones acumuladas en una hora o en 12 horas.
  • Extensión territorial afectada.
  • Duración del fenómeno.

No obstante, expertos reclaman mayor flexibilidad para considerar el contexto local y, sobre todo, la vulnerabilidad del territorio, que incluye aspectos como la saturación del suelo, la orografía o la densidad urbana.

En palabras de Tamayo:

“No basta con datos numéricos. La experiencia de campo indica que hay que mirar la realidad del terreno”.

Antecedentes: ¿ha pasado antes?

La situación recuerda a episodios similares en los últimos años, donde la falta de anticipación ha tenido consecuencias graves. Algunos ejemplos:

  • Gota fría de 2019: causó siete muertos en el Levante, con críticas similares hacia los avisos emitidos.
  • Riadas en Murcia (2022): dejaron múltiples daños tras lluvias no previstas como extremas.

Esto pone sobre la mesa la necesidad de revisar protocolos y la gestión de avisos meteorológicos ante un clima cada vez más cambiante y extremo.

La respuesta de AEMET Central y el Gobierno

Por el momento, desde la sede central de AEMET en Madrid no se han producido declaraciones oficiales que expliquen los criterios usados para mantener el aviso naranja. Este silencio institucional ha generado malestar en las regiones afectadas.

Desde el Ministerio para la Transición Ecológica se ha adelantado que se abrirá una investigación interna para determinar si hubo fallos en la emisión o evaluación de alertas.

Además, se planteará una mesa de trabajo para:

  • Analizar metodologías actuales de predicción meteorológica.
  • Incrementar la participación de servicios autonómicos.
  • Mejorar los canales de comunicación entre sedes autonómicas y nacional.

Reacciones sociales: preocupación y exigencia de responsabilidades

La ciudadanía también ha mostrado su inquietud. Las redes sociales se inundaron de publicaciones con imágenes del desastre y mensajes exigiendo explicaciones a meteorólogos y responsables políticos.

Además, asociaciones vecinales de las zonas afectadas han solicitado:

  • Reparaciones rápidas en infraestructuras afectadas.
  • Compensaciones económicas por pérdidas materiales.
  • Mayor transparencia futura en la gestión del riesgo climático.

¿Está fallando el sistema de avisos meteorológicos en España?

El caso vivido en Valencia reabre el debate sobre si el sistema actual de alertas de AEMET es lo suficientemente eficaz para actuar con anticipación ante fenómenos meteorológicos extremos.

Con el cambio climático intensificando eventos como lluvias torrenciales, olas de calor y temporales, muchos expertos llaman a una reforma urgente del sistema para hacerlo más ágil, local y preventivo.

Conclusión: entre la previsión técnica y la experiencia local

La polémica por la falta de alerta roja en Valencia refleja la necesidad de encontrar un equilibrio entre los modelos matemáticos empleados por AEMET y la experiencia directa de los técnicos que trabajan sobre el terreno.

Una mejor coordinación entre niveles locales y centrales puede ser crucial para anticipar y enfrentar crisis climáticas que, en contextos urbanos y vulnerables, pueden tener consecuencias fatales.

Sin duda, el desafío ahora es fortalecer el sistema de avisos, fomentar la cultura de la prevención y, sobre todo, poner a las personas en el centro de cualquier protocolo de emergencia meteorológica.

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