La historia de San Vicente Ferrer (1350-1419) es inseparable de la historia de Valencia, de la Iglesia medieval y de la Europa convulsa del siglo XIV y XV. Fue mucho más que un predicador: fue diplomático, teólogo, pacificador y un auténtico fenómeno social en su tiempo. Su legado supera lo religioso y se convierte en patrimonio cultural e histórico de Europa.
El nacimiento en una Valencia devastada por la peste
Vicente Ferrer nació en Valencia en 1350, poco después de que la ciudad sufriera los estragos de la Peste Negra (1348-1349), una de las pandemias más mortales de la historia. Su familia, de buena posición social, lo destinó desde joven a los estudios eclesiásticos.
A los 17 años ingresó en el Convento de los Dominicos de Valencia, iniciando una carrera religiosa y académica que lo llevaría por los principales centros de estudio del Mediterráneo: Barcelona, Lérida y Toulouse.
Formación académica y primeros escritos
Entre 1368 y 1376 San Vicente Ferrer se formó en Filosofía, Lógica, Sagrada Escritura y Teología. En esta época escribió dos tratados filosóficos donde enfrentaba las ideas nominalistas, reafirmando la tradición aristotélico-tomista.
Su prestigio creció rápidamente. En 1379 fue nombrado prior del convento de Valencia, aunque renunció al año siguiente. Su carácter inquieto y su inclinación por la predicación pública se imponían sobre la vida conventual.
Relación con el Papa Luna y el Cisma de Occidente
Uno de los episodios cruciales en la vida de San Vicente fue su vinculación con el Papa Benedicto XIII, conocido como el Papa Luna. Durante el Cisma de Occidente (1378-1417), donde coexistieron varios papas, Vicente defendió la legitimidad del pontífice de Aviñón.
Su relación con Benedicto XIII fue intensa: fue su confesor, capellán y penitenciario apostólico en Aviñón. Sin embargo, una visión mística le cambió la vida: Cristo, acompañado de Santo Domingo y San Francisco, le ordenó predicar por el mundo.



El gran predicador de Europa
Desde 1399 hasta su muerte en 1419, San Vicente Ferrer recorrió Europa como predicador itinerante. Atravesó Francia, Italia y buena parte de la Península Ibérica.
Su oratoria era tan poderosa que congregaba multitudes. Sus sermones no eran solo religiosos; hablaba de justicia, unidad, reforma de costumbres, paz y conversión. Su fama se extendió hasta ser considerado “El Ángel del Apocalipsis” por algunos contemporáneos, dada su capacidad de conmover a pueblos enteros.
El Compromiso de Caspe: árbitro de un reino
En 1412 fue elegido representante del Reino de Valencia en el histórico Compromiso de Caspe, un proceso político que debía decidir quién sería el nuevo rey de la Corona de Aragón tras la muerte sin herederos de Martín I.
Su participación fue clave: fue quien proclamó la sentencia definitiva que otorgaba la Corona a Fernando de Antequera, infante de Castilla.
Últimos años y muerte en Vannes
Tras contribuir a resolver el problema sucesorio aragonés y mediar en las disputas papales, San Vicente Ferrer continuó su misión evangelizadora. Predicó en la zona del Mediodía francés, Auvernia y Bretaña.
Falleció el 5 de abril de 1419 en Vannes (Bretaña). Fue canonizado en 1455 por el Papa valenciano Calixto III.
Obras y legado
Entre sus principales obras destacan:
- Tratado de la vida espiritual: guía para la vida cristiana.
- Tratado sobre el Cisma Moderno: defensa teológica de la obediencia a Aviñón.
- Tratado contra los judíos: dentro del contexto de las disputas medievales.
- Numerosos sermones en valenciano, castellano y latín.
Sus escritos revelan un profundo conocimiento teológico y una visión práctica de la espiritualidad. Su estilo directo, fundamentado en la Biblia, y su lógica convincente lo convierten en un referente de la predicación medieval.
San Vicente Ferrer y su legado cultural
Hoy en día, San Vicente Ferrer es una figura clave de la identidad valenciana. Su iconografía está presente en numerosas localidades. Las Rondalles y milagros atribuidos a él forman parte del folclore popular. Además, cada año en Valencia se celebran los Altares de San Vicente, representaciones teatrales que rememoran su vida y milagros.
Su legado no es solo religioso; es histórico, cultural y social. Supo unir fe, razón, diplomacia y una visión integradora de Europa, mucho antes de que existiera la idea de una unión continental.
Bibliografía consultada
- FAGES, H.D.: Historia de San Vicente Ferrer. Valencia, 1903.
- ESPONERA CERDÁN, Alfonso: San Vicente Ferrer. Vida y escritos. Madrid, Edibesa, 2005.
- MIRA, J.A.: San Vicente Ferrer. Vida y leyenda de un predicador. Ed. Bromera, 2002.
- Centro de Estudios sobre San Vicente Ferrer. Valencia.