Los Santos Juanes de Valencia renace con su esplendor barroco tras cinco años de restauración
La iglesia de los Santos Juanes de Valencia, uno de los grandes templos barrocos del centro histórico, acaba de culminar un proceso de restauración que marca un antes y un después en la conservación del patrimonio valenciano. Tras cinco años de trabajos continuados, el edificio vuelve a mostrar su imagen original: luminosa, compleja, envuelta en detalles pictóricos y escultóricos que durante décadas estuvieron ocultos por el deterioro.



























El proyecto ha sido posible gracias al mecenazgo de Hortensia Herrero, cuya fundación ha asumido la intervención integral del templo. La retirada del enorme andamio que durante años ocupó la nave central ha permitido que vuelva a aparecer lo que muchos esperaban desde hacía tiempo: la recuperación de los frescos de Antonio Palomino, una de las obras maestras del barroco europeo.
Un renacimiento esperado durante décadas
La restauración de los Santos Juanes era una reivindicación histórica. El edificio, situado junto a la Lonja y el Mercado Central, había sufrido incendios, humedades, intervenciones parciales y un desgaste progresivo que oscureció por completo la bóveda, la capilla, los muros laterales y la escultura ornamental que recorre el conjunto.
El templo había estado envuelto durante años en un bosque de andamios que, si bien ocultaba su belleza, permitió la intervención meticulosa de un equipo multidisciplinar formado por restauradores, arquitectos, historiadores del arte, químicos y técnicos en conservación. El resultado es un auténtico renacimiento barroco en pleno corazón de Valencia.
Los frescos de Palomino: un tesoro que vuelve a respirar
La bóveda de la nave central alberga una de las obras pictóricas más ambiciosas del barroco peninsular: los frescos del cordobés Antonio Palomino, pintor de la corte y autor del tratado que marcaría la teoría artística española durante generaciones.
Antes de la restauración, el conjunto apenas podía apreciarse. La oxidación de barnices, los depósitos de humo acumulados durante siglos y el polvo habían formado una capa espesa que apagaba los colores y ocultaba volúmenes. Hoy, tras la intervención, los frescos muestran de nuevo:
- La luminosidad original de los cielos barrocos.
- Las composiciones dinámicas propias del maestro.
- Los personajes que ascienden, vuelan y se despliegan en un espacio pictórico profundamente teatral.
- La gama cromática intensa que caracteriza la obra de Palomino.
Los restauradores han trabajado literalmente centímetro a centímetro, retirando depósitos con técnicas no invasivas y consolidando toda la capa pictórica. El resultado ha devuelto profundidad, legibilidad y vida a uno de los frescos más valiosos de la ciudad.
Una restauración metro a metro, con precisión quirúrgica
Más allá de los frescos, el proyecto ha sido integral. La restauración de los Santos Juanes ha abarcado:
- Reparación estructural de muros, cubierta y elementos arquitectónicos dañados.
- Limpieza, consolidación y reintegración de esculturas, relieves y ornamentos de yeso.
- Recuperación de capillas laterales y altares con policromías dañadas.
- Revisión completa del sistema de drenaje y humedad, uno de los grandes problemas del edificio.
- Iluminación artística diseñada para resaltar los frescos recién recuperados.
La intervención ha exigido la participación de equipos especializados en diferentes fases, desde la limpieza química controlada hasta la estabilización estructural y el estudio histórico-artístico del templo. Todo ello realizado con extremo cuidado para respetar al máximo los materiales originales.
La importancia histórica de la iglesia de los Santos Juanes
El templo es uno de los más representativos del barroco valenciano. Sus orígenes se remontan a la Edad Media, pero la actual imagen monumental se consolidó entre los siglos XVII y XVIII, especialmente tras el incendio de 1592, que obligó a una reconstrucción casi total.
Los Santos Juanes destaca por:
- Su imponente fachada barroca coronada por la figura del arcángel.
- La bóveda central decorada por Antonio Palomino.
- La profusión de ornamentos escultóricos y relieves.
- Su proximidad a la Lonja y el Mercado Central, formando un triángulo monumental único.
Es, además, un punto clave de la historia religiosa y artística de Valencia, y uno de los templos con mayor carga simbólica de la ciudad.
Un impulso al patrimonio valenciano
Con esta restauración, Valencia recupera un monumento fundamental y se coloca de nuevo en el mapa de grandes intervenciones patrimoniales del país. La apertura del templo en su estado actual permite apreciar detalles que llevaban más de un siglo ocultos, y supone un nuevo atractivo cultural para vecinos, turistas y estudiosos del arte.
La recuperación de los frescos de Palomino se suma a otras grandes actuaciones impulsadas en los últimos años para devolver brillo al patrimonio valenciano y ponerlo en valor para las futuras generaciones.
Un templo que vuelve a mirar al cielo
Tras décadas de deterioro y cinco años de trabajo ininterrumpido, la iglesia de los Santos Juanes vuelve a mostrar la grandeza para la que fue concebida. El renacimiento del templo no solo es una victoria para la conservación del patrimonio artístico, sino también un recordatorio del enorme legado que Valencia alberga en su casco histórico.
Con la restauración concluida, los visitantes pueden volver a levantar la vista y contemplar, sin obstáculos, la explosión barroca diseñada por Antonio Palomino. Un cielo pintado que, por fin, vuelve a brillar.
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