La Casa Natalicia de San Vicente Ferrer: historia, arquitectura y legado

16 abril, 2025
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🏛️ La Casa Natalicia de San Vicente Ferrer: historia, arquitectura y legado

Parte 1: El edificio actual y su configuración

En pleno corazón de Valencia, en la confluencia de las calles del Mar y del Pouet de Sant Vicent, se alza la Casa Natalicia del dominico más universal: San Vicente Ferrer. Aunque el edificio actual data de 1950, el solar conserva la memoria espiritual de uno de los santos más venerados del mundo cristiano. Su arquitectura, detalles ornamentales y distribución interior están impregnados de simbolismo y devoción.

📐 Arquitectura exterior

El edificio forma un ángulo entre ambas calles. La fachada de la calle del Mar presenta, a la izquierda, una puerta con arco de medio punto con hojas de madera. Encima, se abre una ventana con parteluz sostenido por dos esbeltas columnas. A su derecha, en la planta baja, se disponen dos ventanas con rejas de hierro cruzadas en diagonal y otras dos ventanas en la planta superior.

En la esquina del edificio, una torre de sillería se alza con carácter: en ella se abren tres ventanas correspondientes a distintos niveles, rematada en lo alto con troneras. La fachada que da al Pouet de Sant Vicent, aunque más reducida, sigue un esquema similar: la puerta se sitúa aproximadamente en el centro, flanqueada por ventanas de distintos tamaños. Ambas fachadas están rematadas por una galería típica de los palacios antiguos valencianos, compuesta por arcos rebajados y cubierta por un elegante alero.

🚪 El zaguán y el patio interior

La entrada principal por la calle del Pouet da acceso a un zaguán, que en tiempos anteriores era un patio a cielo abierto. Tras las obras de 1950 se convirtió en un espacio cubierto, embellecido con azulejos valencianos de estilo rococó, que entre elementos vegetales representan escenas de la vida del santo, algunas de las cuales comentaremos más adelante.

En la pared izquierda, una gran puerta de madera comunica con los pisos superiores, donde residen los padres dominicos y donde se ubica el Instituto de Estudios Vicentinos, que custodia una valiosa biblioteca especializada en la figura y obra del santo.

Al fondo del zaguán, una gran pila de piedra con cuatro grifos rememora el histórico “Pouet” (pocito), que surtía agua hasta 1975, cuando una obra en la cercana Plaza de Tetuán interrumpió la vena natural que lo alimentaba. Desde entonces, el agua que brota es parte del suministro general de la ciudad, pero sigue siendo bendecida con la fórmula de San Vicente Ferrer.

Junto a la pila, una hornacina acoge una reproducción cerámica de una inscripción histórica conmemorando la epidemia de cólera de 1854. Más abajo, una puerta con herrajes de forja da paso al semisótano donde se conserva el brocal del antiguo pozo.

🕳️ El “Pouet” y sus estancias

En el interior del semisótano, el pozo ocupa una esquina próxima a la entrada. El brocal es de piedra y hierro forjado, obra contemporánea a la reconstrucción del edificio. El techo está sostenido por varias columnas, de las cuales una, exenta y central, es original y antigua. El suelo está formado por baldosas rectangulares con el escudo gótico de la ciudad en azul, combinadas con ladrillos rústicos.

Una segunda sala adyacente, iluminada por una ventana a la calle del Pouet, muestra una bóveda de medio cañón, pavimento de azulejos imitación del siglo XVIII y un espléndido zócalo de azulejería dieciochesca, donde destacan motivos florales y los característicos “mocadorets” valencianos.


Si te parece bien, sigo ahora con la Parte 2: La Capilla del Nacimiento y su retablo, donde se describe el lugar donde nació el santo y la simbología artística de su capilla. ¿Quieres que continúe?


🕯️ Parte 2: La Capilla del Nacimiento y el legado artístico de San Vicente Ferrer

🚪 El acceso al santuario

Desde el vestíbulo del zaguán, a la izquierda de la pila del antiguo pozo, se abre una puerta que conduce a un pequeño atrio de estilo gótico. En el lado derecho de este espacio se encuentra una capilla íntima, levantada sobre el lugar que la tradición señala como el nacimiento de San Vicente Ferrer, ocurrido el 22 de enero de 1350.

El acceso a esta capilla se realiza mediante cuatro escalones, pues se encuentra en un nivel elevado respecto al atrio. Una verja de hierro forjado delimita el recinto sagrado, cubierto por una bóveda de crucería que le otorga solemnidad.

🎨 El retablo conmemorativo

Presidiendo la estancia, se encuentra un retablo de madera tallada, obra del escultor Francisco Hurtado Soto, inaugurado en 1955 con motivo del V Centenario de la canonización del santo. La estructura combina ornamentación artística con un fuerte contenido simbólico:

  • En el lateral izquierdo, de arriba abajo, aparecen dos relieves:
    1. La profecía del santo a Alfonso de Borja, futuro Papa Calixto III, quien canonizaría a Vicente en 1455.
    2. El bautismo del santo, celebrado el 23 de enero de 1350, un día después de su nacimiento.
  • En el centro del retablo destaca un escudo, compuesto por una herradura, emblema del apellido “Ferrer” (herrero), sobre fondo blanco y negro, en alusión al hábito de los dominicos.
  • En el lateral derecho, otros dos relieves representan:
    1. Al santo predicando fervorosamente, probablemente durante el Compromiso de Caspe en 1412.
    2. Al Ángel del Apocalipsis (Ap 22,16), figura con la que muchas veces se ha identificado iconográficamente a San Vicente Ferrer.

🖼️ El cuadro de Vicente López

Este conjunto artístico enmarca una de las joyas pictóricas del edificio: un óleo sobre lienzo pintado por Vicente López Portaña (1772–1850), discípulo de Goya y uno de los grandes pintores valencianos. La obra, realizada en 1808, mide 2,20 por 1,30 metros y representa el nacimiento de San Vicente Ferrer.

Aunque más sobrio en colorido que otras obras del autor, el lienzo muestra detalles realistas poco habituales en su producción:

  • En el primer plano: objetos cotidianos como una silla, tijeras, ovillos de hilo y una canasta.
  • En el segundo plano: una mujer sentada sostiene al recién nacido, mientras un hombre —el padre— observa con ternura. Otra mujer los acompaña.
  • En el fondo: una habitación con dos grandes aperturas laterales. Por una entra un rayo de luz celestial junto a unos angelitos; por la otra, se vislumbra a la madre en su lecho, asistida por una mujer.

La escena evoca los tradicionales nacimientos del Niño Jesús, vinculando así el nacimiento del santo con una atmósfera sagrada y universal.


En la siguiente entrega, te presentaré la Parte 3: La iglesia neogótica y los elementos artísticos que la conforman, incluyendo el altar mayor, el púlpito, el retablo cerámico exterior y su valor patrimonial.


⛪ Parte 3: La iglesia neogótica, el altar y los testimonios devocionales

🏛️ La iglesia actual: estilo y estructura

Adosada a la Casa Natalicia, la iglesia dedicada a San Vicente Ferrer fue diseñada en estilo neogótico, con planta octogonal regular de dos cuerpos. Esta construcción busca evocar la espiritualidad medieval que marcó la vida del santo, integrando elementos arquitectónicos simbólicos y litúrgicos.

  • El primer cuerpo está articulado por grandes arcos de medio punto, algunos de los cuales se encuentran cegados.
  • En el segundo nivel, cada lado muestra tres arcos ojivales unidos entre sí, rematados en la parte superior por ventanas circulares caladas y celosías de madera.
  • Toda la iglesia culmina en una bóveda estrellada sostenida por nervaduras visibles.

Los pilares y columnillas son de piedra, mientras que el resto de la estructura está realizada en cemento. El pavimento es de mármol policromado, destacando en el centro una losa de mármol blanco que porta el escudo de la Orden de Predicadores (dominicos), símbolo de la casa espiritual de Vicente Ferrer.

🎠 El retablo y la imagen del santo

El altar mayor está presidido por un retablo gótico en madera tallada y patinada, obra del escultor valenciano Vicente Rodilla Zanón. En el centro se alza una imagen de San Vicente Ferrer en madera policromada, realizada en estilo neobarroco, representándolo en actitud de predicar: la mano alzada, la boca abierta, el gesto vibrante.

Tanto el retablo como la escultura fueron inaugurados y bendecidos el 30 de enero de 1955, en el marco de las celebraciones por el V Centenario de su canonización.

🎤 El púlpito: réplica de la Catedral de Valencia

A la izquierda del altar, se encuentra un púlpito de madera, réplica exacta de la trona de piedra desde la que predicó San Vicente Ferrer en la Catedral de Valencia. Esta pieza, realizada también por Francisco Hurtado Soto, evoca los momentos más intensos de su predicación en la ciudad. El original todavía se conserva junto al Altar Mayor de la Catedral.

🧱 El retablo cerámico exterior

En la fachada de la calle del Mar, sobre el muro medianero que une la Casa Natalicia con la antigua casona del Barón de Vallvert, se halla un retablo cerámico del siglo XVIII, compuesto por doce azulejos.

Esta imagen tradicional muestra al santo:

  • Vestido con el hábito blanco y negro de los dominicos.
  • En actitud de predicar, con la mano levantada y rostro encendido.
  • Acompañado de su célebre lema apocalíptico: “Timete Deum et date illi honorem…”
    (“Temed a Dios y dadle gloria”, Apocalipsis 14,7).

Este retablo no solo es una expresión artística de la devoción popular, sino también un testimonio de la pervivencia simbólica del santo en la ciudad que lo vio nacer.


En la siguiente entrega, desarrollaré la Parte 4: Las escenas cerámicas del patio del Pouet y los milagros atribuidos a San Vicente, una parte especialmente rica en color, tradición y leyenda popular.


🖼️ Parte 4: Milagros en azulejo — la iconografía popular en el patio del «Pouet»

🏺 El valor devocional de la cerámica valenciana

La entrada por la calle del Pouet de Sant Vicent alberga una de las joyas devocionales más características de la Casa Natalicia: un conjunto de paneles cerámicos narrativos que representan escenas milagrosas de la vida del santo, especialmente durante su infancia.

Colocados originalmente a partir de 1755, fueron restaurados en 1918 por encargo de Salvador Montón Cubells, como recuerda una inscripción en el mismo zaguán. A principios del siglo XX, otros paneles fueron añadidos, algunos de ellos obra del ceramista José Gimeno Martínez de Manises, inaugurados el 30 de enero de 1955 durante el V Centenario de la canonización.

🔹 Milagros representados en los azulejos

1. El milagro del mocadoret

En 1385, mientras San Vicente predicaba en la Plaza del Mercado de Valencia, interrumpió el sermón visiblemente conmovido:

“Hermanos, ahora mismo estoy viendo que unos hermanos nuestros piden un socorro inmediato; si no se les ayuda, morirán”.

Arrojó su pañuelo al aire y dijo:

“Seguid a mi pañuelo; donde entre, entrad”.
El pañuelo voló hasta una buhardilla donde se hallaba una familia muriendo de hambre. Fueron rescatados a tiempo.
Una placa en la actual plaza del Miracle del Mocadoret n.º 5 conmemora el hecho.


2. El milagro del salser

En 1359, un vecino llamado Miguel Garrigues, comerciante de especias, tenía un hijo afectado por unas úlceras malignas en el cuello. El pequeño Vicente, aún niño, lo curó milagrosamente.
En la calle del Mar n.º 37 hay un retablo cerámico que recuerda el suceso. Este milagro inspiró la tradición de los “miracles” representados en altares callejeros cada 5 de abril.


3. Vicente predicando a sus amigos

Desde su infancia mostró una clara vocación por la predicación. Tras oír sermones, reunía a sus amigos y les hablaba con elocuencia sobre Dios, la virtud y el cielo.


4. Su bautismo en la parroquia de San Esteban

Basado en una escena pictórica del siglo XVII, se representa su bautismo el 23 de enero de 1350, un día después de nacer. Se eligió el nombre de Vicente por celebrarse la festividad de San Vicente Mártir el día anterior.
En la misma pila bautismal sería bautizado, más de un siglo después, otro gran dominico valenciano: San Luis Bertrán.
Cada 23 de enero se conmemora este momento con la fiesta de los “Bultos de Sant Esteve”, con personas vestidas al estilo del siglo XVII.


5. El milagro de la sabateta

Un amigo del niño Vicente perdió su zapato dentro del “Pouet”. Vicente hizo subir milagrosamente el agua para devolverle el calzado. Un gesto sencillo pero símbolo de sensibilidad y poder divino.


6. El milagro del rogle de campanetes

En 1575, el capellán de la Casa Natalicia se negó a celebrar el aniversario de la canonización. Esa noche, las campanillas de la sacristía comenzaron a sonar solas.
Inspiró unos versos populares que terminan así:

“Alerta valencians en este fet,
perquè farà si està de bon humor
de cada campaneta un Micalet.”


7. El milagro de las naves de trigo en Barcelona

En 1375, cuando Vicente tenía 25 años y era aún diácono, Barcelona sufría una grave hambruna.
Ante la incredulidad general, anunció que esa misma noche llegarían barcos con trigo.
Al anochecer, dos navíos atracaron en el puerto cargados de grano, suficiente para abastecer a la ciudad durante días.


🧡 Tradición y fe a través del arte

Este conjunto cerámico no solo ilustra prodigios, sino que recoge la espiritualidad y sensibilidad del pueblo valenciano hacia su santo. Como señaló Manuel González Martí, especialista en cerámica y arte popular:

“La decoración cerámica de este zaguán es una espléndida manifestación de fe, una crónica visual devocional del siglo XVIII”.


En la siguiente entrega, desarrollaremos la Parte 5: El entorno histórico de la casa, su evolución como edificio y sus usos a lo largo de los siglos, incluyendo transformaciones, restauraciones y anécdotas urbanas.


🏘️ Parte 5: El hogar de los Ferrer — historia urbana y transformaciones arquitectónicas

🌿 El entorno original

En el siglo XIV, cuando nació San Vicente Ferrer, la casa familiar se situaba en lo que entonces era el arrabal del “camí del Mar”, una zona en expansión más allá de las murallas de la ciudad de Valencia. Este entorno se caracterizaba por terrenos amplios, proximidad al río Turia y al Convento de Predicadores, fundado en 1239 y actual sede de la Capitanía General.

Hacia el este no existían edificaciones significativas —el palacio de los condes de Castrillo y de Orgaz no se construiría hasta 1777, y el edificio actual de la Caja de Ahorros no fue inaugurado hasta 1932—. Por tanto, el área donde nació Vicente Ferrer era tranquila y abierta, lindando con la rambla de Predicadores, por donde discurría una acequia utilizada por molinos harineros.

🏠 La casa familiar

La vivienda de Guillem Ferrer y Constança Miquel no era un gran palacio, sino una modesta casa burguesa de clase media alta, adecuada para un notario con buena reputación pero sin título nobiliario.

  • La puerta principal se abría a la calle del Mar, y sobre ella había un ventanal que iluminaba el piso superior.
  • En la planta baja estaría el “operatorio” o despacho notarial, con paredes encaladas, techo con vigas de madera, estanterías para los protocolos y una mesa con tinteros de cerámica y plumas.
  • Al fondo, la cocina y el comedor, con tinajas de aceite y harina, todo según el estilo de la época.
  • En la planta superior, accesible por una estrecha escalera, se encontraban las habitaciones más privadas: sala de estar, dormitorio matrimonial y un patio interior con el pozo doméstico (“Pouet”).

Según la tradición, en este patio Vicente realizó de niño el milagro de la sabateta, y antes de dejar Valencia en 1413, dijo:

“Os dejo este pozo, que jamás se agotará y cuyas aguas os serán de gran consuelo”.

La historia posterior del pozo ha dado lugar a una veneración constante por parte del pueblo valenciano.


📜 De propiedad privada a templo devocional

Después de que la familia Ferrer abandonara la casa, pasó a manos del Hospital de Menaguera, que en 1498 la vendió a los frailes dominicos. Ese mismo año, estos la traspasaron al Gremio de Boneteros y Barreteros, que tenía a San Vicente como patrón.

Este gremio transformó la vivienda en oratorio, construyendo un altar con imagen del santo que, sin embargo, desapareció en 1936. A mediados del siglo XVI, el gremio cayó en decadencia y pidió al Ayuntamiento que adquiriera el edificio. En 1573, el Consejo de la Ciudad lo compró y comenzó a nombrar a sacerdotes como capellanes oficiales de la Casa Natalicia.

El capellán tenía la responsabilidad de custodiar la casa, mantener el culto y tocar las campanas, además de cuidar las “Roques” del Corpus, unas carrozas alegóricas que salían en procesión durante esa festividad.


🧱 Reformas y reconstrucciones

La casa fue objeto de múltiples transformaciones:

  • 1676–77: se realizan importantes obras que sólo conservan la bóveda del oratorio original.
  • 1734: se construye una nueva fachada con talla del santo, estucos y dorados.
  • 1755: se amplía la puerta del patio y se decoran las fachadas. Ese mismo año se autoriza la instalación de los paneles de azulejos que aún se conservan.
  • 1808: se incorpora el famoso cuadro de Vicente López representando el nacimiento del santo.

En 1854, durante la epidemia de cólera, la ciudad vivió una auténtica peregrinación al Pouet. Se estima que el pozo proporcionó más de 159.000 cántaros de agua, e incluso se transportaron 45.900 por ferrocarril. En agradecimiento, los valencianos colocaron la actual pila de mármol.



🏗️ Parte 6: Del derribo a la memoria — siglo XX y restauración de la Casa Natalicia

🔥 La Guerra Civil y el deterioro

Durante el año 1936, en el contexto de la Guerra Civil española, la Casa Natalicia fue desmantelada y su contenido devocional destruido o retirado. El edificio, desacralizado, fue utilizado como almacén de materiales de construcción, lo que aceleró su deterioro estructural.

Terminada la contienda en 1939, se iniciaron gestiones para su recuperación y restauración, conscientes de la relevancia espiritual e histórica que tenía para los valencianos. Sin embargo, al comenzar las obras, se descubrió que la solidez de los muros de tierra y mortero era muy deficiente, lo que obligó a un derribo casi completo del edificio.

🧱 Una nueva casa sobre el solar histórico

Gracias a la adquisición de dos casas colindantes, se amplió ligeramente el terreno original y se proyectó una reconstrucción respetuosa, con criterios históricos y artísticos. El arquitecto municipal Vicente Valls Gadea fue el encargado de diseñar el nuevo inmueble.

Su proyecto fue aprobado por el pleno del Ayuntamiento el 13 de noviembre de 1945. Las obras avanzaron durante los años siguientes y el nuevo edificio fue inaugurado en enero de 1950, coincidiendo con el VI Centenario del nacimiento de San Vicente Ferrer.

Desde entonces, la Casa Natalicia volvió a convertirse en espacio devocional, museo y centro cultural.

🌊 La riada de 1957

El 14 de octubre de 1957, Valencia sufrió una de las riadas más devastadoras de su historia. El agua alcanzó casi tres metros de altura dentro de la Casa Natalicia, dañando de nuevo instalaciones y bienes patrimoniales.

Gracias al esfuerzo conjunto de instituciones, fieles y donaciones, la casa pudo recuperarse rápidamente, reafirmando su valor como símbolo identitario de la ciudad.

🖼️ El cuadro de Sotomayor y la solidaridad valenciana

En febrero de 1958, en Madrid, se organizó una gran Exposición de Arte en favor de los damnificados por la riada. Un grupo de valencianos residentes en la capital promovió una suscripción popular para donar una obra de arte a la Casa Natalicia.

El cuadro adquirido fue una pintura de gran formato del gallego Fernando Álvarez de Sotomayor, que representa a San Vicente Ferrer predicando ante una multitud. El lienzo fue entregado el 3 de diciembre de 1958 y colocado en la Casa como símbolo de gratitud y devoción compartida.


⛪ Custodia actual: los dominicos

Tras la desamortización del siglo XIX, los dominicos regresaron a Valencia en 1891. En 1915, el Ayuntamiento decidió confiar de nuevo la Capellanía de la Casa Natalicia a la Orden Dominicana.

Los frailes tomaron posesión de la casa el 1 de marzo de ese año, haciéndose cargo de su mantenimiento espiritual y cultural hasta la actualidad. Desde entonces, han conservado el lugar con esmero, manteniéndolo abierto al público, al culto y a la investigación, a través del Instituto de Estudios Vicentinos.



🌟 Parte 7: La Casa Natalicia hoy — santuario vivo, memoria colectiva

🏛️ Espacio patrimonial y museo devocional

La actual Casa Natalicia de San Vicente Ferrer no es solo un edificio con valor histórico: es un lugar de memoria viva, que acoge a miles de visitantes cada año. En sus muros, azulejos y estancias se conserva no solo el recuerdo del santo, sino también el latido de siglos de devoción popular.

El espacio funciona como museo, con acceso libre al vestíbulo del “Pouet”, decorado con sus célebres azulejos dieciochescos, y a las salas que narran la vida, los milagros y la influencia de San Vicente Ferrer en el imaginario colectivo valenciano y europeo.

⛪ Capilla y liturgia

La capilla del nacimiento y la iglesia anexa siguen siendo espacios de culto. Se celebran misas, oraciones, visitas guiadas y actos litúrgicos especiales, especialmente en torno al 5 de abril (fecha de su muerte) y el 23 de enero (día de su bautismo).

También se celebran actos en honor al Compromiso de Caspe, al que San Vicente contribuyó decisivamente, así como conmemoraciones de sus predicaciones por Europa.

📚 Centro de estudios y archivo vicentino

En el piso superior se encuentra el Instituto de Estudios Vicentinos, gestionado por la comunidad dominica. Este centro académico custodia una amplia biblioteca especializada en San Vicente Ferrer, con manuscritos, ediciones antiguas, publicaciones contemporáneas y estudios especializados.

Desde aquí se coordina también el trabajo de la Junta Central Vicentina, encargada de promover el legado del santo, las celebraciones litúrgicas, culturales y la coordinación de las representaciones populares de sus milagros (els miracles) durante su fiesta.

👣 Ruta espiritual y turística

La Casa Natalicia forma parte de la Ruta Vicentina de Valencia, junto con otros lugares vinculados a la vida del santo:

  • La Parroquia de San Esteban, donde fue bautizado.
  • La Catedral de Valencia, desde cuyo púlpito predicó.
  • El Convento de Predicadores, donde ingresó como fraile dominico.
  • El Miracle del Mocadoret, en la plaza del mismo nombre.

Para creyentes, turistas y estudiosos, visitar la casa de San Vicente Ferrer es reconectar con una figura universal, profeta de su tiempo, reformador incansable y testimonio vivo del Evangelio en la historia.


✨ Una herencia que sigue iluminando

Más de seis siglos después de su nacimiento, San Vicente Ferrer sigue siendo una referencia de espiritualidad, justicia y esperanza. Su Casa Natalicia no solo custodia su memoria, sino que prolonga su presencia en el corazón de Valencia y en el alma de quienes lo siguen recordando.

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