El Convento de Santo Domingo y la Capitanía General de Valencia: Un Monumento Histórico en la Plaza Tetuán

24 septiembre, 2024
by

La Capitanía General de Valencia es uno de los monumentos más representativos de la ciudad. Situado en la Plaza de Tetuán, este edificio no solo tiene una rica historia política y militar, sino también religiosa, pues fue originalmente un convento dominico conocido como el Real Convento de Santo Domingo de Valencia. Desde su fundación en el siglo XIII hasta la actualidad, este lugar ha sido testigo de innumerables transformaciones y eventos significativos, algunos de los cuales siguen presentes en la arquitectura y las historias que envuelven sus muros.

Orígenes: Una fundación real

La historia de este impresionante edificio comienza en 1239, durante el reinado de Jaime I, quien otorgó a los dominicos el permiso para construir un convento en el mismo emplazamiento donde hoy se levanta la Capitanía. Como símbolo de su apoyo, el propio monarca colocó la primera piedra del convento, que fue inicialmente conocido como el Real Convento de Santo Domingo. Este gesto real marcó el inicio de una relación entre la corona y el edificio que perduraría durante siglos.

Expansión y gloria: El auge del gótico valenciano

A lo largo de los años, el convento experimentó varias remodelaciones, especialmente durante los siglos XIV y XV, lo que permitió la construcción de su magnífico claustro gótico, un aula capitular y una imponente bóveda que sobresale por su grandeza y detalle arquitectónico. Estas transformaciones no solo expandieron el complejo, sino que también lo convirtieron en uno de los mejores ejemplos del estilo gótico valenciano.

El claustro, con sus elegantes arquerías góticas, sigue siendo uno de los elementos más admirados del lugar. Al recorrerlo, los visitantes pueden ver las tracerías que adornan sus arcos, así como los blasones de las familias nobles que financiaron gran parte de su construcción. Este claustro es un refugio de paz en medio de la bulliciosa ciudad, con su pequeño jardín central que invita a la meditación y al disfrute de su historia.

Portada monumental: Felipe II y su legado

La puerta principal del edificio, que da a la Plaza de Tetuán, es otro de los elementos destacados. Algunos cronistas han atribuido el diseño de esta puerta monumental al propio Felipe II, lo que le añade un aire de grandeza y misterio al edificio. Esta entrada es una obra maestra en sí misma, y no es difícil imaginar a los grandes personajes históricos que cruzaron su umbral en siglos pasados.

Un lugar de encuentros históricos

A lo largo de su existencia, el Real Convento de Santo Domingo no solo fue un centro religioso, sino también un escenario de importantes acontecimientos políticos. Fue la sede de las Cortes Generales del Reino, donde se tomaron decisiones cruciales para la historia de Valencia y España. Además, el convento fue el escenario del matrimonio entre Felipe III y Margarita de Austria, un evento que selló alianzas políticas y dinásticas que influirían en la historia europea.

Ocupación francesa y exclaustración

Durante la Guerra de la Independencia, las tropas francesas ocuparon el convento, lo que lo convirtió en una pieza clave durante el conflicto. No sería hasta 1835, tras la exclaustración de las órdenes religiosas, cuando el edificio pasó a manos del Estado. Este evento marcó un punto de inflexión en la historia del convento, ya que en 1840 fue designado como Capitanía General de Valencia, un uso que ha perdurado hasta el día de hoy.

La Capilla de los Reyes y su historia funeraria

Dentro del conjunto monumental destaca la Capilla de los Reyes, que fue encargada por Alfonso el Magnánimo en 1431. Aunque originalmente se pensó como un lugar de descanso para el propio rey y su esposa, María de Castilla, finalmente ninguno de los dos fue enterrado allí. Sin embargo, la capilla cumplió su función como lugar de descanso de la nobleza valenciana, y en su interior se encuentra el impresionante sepulcro de mármol blanco de Paros, que alberga los restos de los Marqueses de Zenete.

La misteriosa escalera helicoidal

Uno de los detalles más curiosos de la Capilla de los Reyes es su doble escalera helicoidal. Esta ingeniosa construcción, que carece de eje central, permitía que dos personas subieran y bajaran simultáneamente sin cruzarse. Esta característica, junto con la austeridad de la capilla y la impresionante bóveda de crucería, le otorgan a esta estancia un aire místico y fascinante.

Transformación militar y restauración

Tras la exclaustración y la designación del edificio como Capitanía General, se emprendieron diversas obras de restauración para adaptarlo a su nuevo uso militar. Uno de los responsables más destacados de estas reformas fue el General Urrutia, cuyo trabajo en la recuperación del claustro y el aula capitular es aún hoy reconocido. De hecho, en su honor, una calle de Valencia lleva su nombre.

El antiguo refectorio del convento, que en su día sirvió de comedor para los dominicos, fue transformado en el Salón del Trono. Este salón, de estilo renacentista, ha sido testigo de numerosos actos castrenses, así como de eventos culturales, conferencias y exposiciones. Su restauración, llevada a cabo en 1966, lo convirtió en uno de los espacios más emblemáticos del edificio.

Visitas guiadas: Un viaje al pasado

Hoy en día, el Real Convento de Santo Domingo y la Capitanía General de Valencia ofrecen visitas guiadas que permiten a los visitantes adentrarse en su fascinante historia. Estas visitas, que se organizan en horarios limitados, son una oportunidad única para explorar un lugar que ha sido testigo de más de 750 años de historia. Desde sus majestuosos claustros hasta la Capilla de los Reyes, cada rincón del edificio cuenta una historia, y los guías se encargan de hacer que el pasado cobre vida de nuevo.

El hecho de que este monumento esté tan bien conservado, a pesar de los siglos de uso y transformación, es un testimonio del valor que se le ha dado a lo largo de los años. Las visitas no solo ofrecen una lección de historia, sino también un recorrido por la evolución arquitectónica y artística de Valencia, desde el gótico valenciano hasta los toques barrocos y renacentistas que se añadieron con el tiempo.

Un legado vivo

A pesar de su transformación en Capitanía General, el edificio conserva muchos de los elementos originales que lo convirtieron en uno de los centros religiosos más importantes de la ciudad. Tanto su arquitectura como su historia lo hacen único, y visitar este lugar es una experiencia que transporta a los visitantes a través de los siglos.

El Real Convento de Santo Domingo, hoy Capitanía General de Valencia, no es solo un monumento a la historia de la ciudad, sino un testimonio viviente de la evolución política, religiosa y arquitectónica de la ciudad. Cada piedra, cada arco, cada detalle cuenta una historia que merece ser descubierta.


La transformación en Capitanía General y el impacto militar

A medida que avanzamos en el recorrido histórico de la Capitanía General de Valencia, se hace evidente que su transformación no solo marcó un cambio de uso, sino que también impulsó una serie de renovaciones y adaptaciones que lo convirtieron en un edificio clave para la estructura militar española. En 1839, tras la exclaustración de los dominicos y el paso de la propiedad a manos del Estado, el convento fue asignado al Ministerio de Guerra, y tres años más tarde, en 1842, fue oficialmente declarado Capitanía General de Valencia.

Esta decisión no fue arbitraria. La ubicación estratégica del edificio en la ciudad y su grandeza arquitectónica lo convirtieron en el lugar ideal para albergar la administración militar de la región. En su momento, la Capitanía General era una de las instituciones más poderosas dentro de la organización militar española, encargada de supervisar y coordinar las operaciones militares en una vasta extensión territorial.

Durante más de un siglo, la Capitanía General desempeñó un papel crucial en el control militar y la gestión de recursos en la región de Valencia. El edificio fue testigo de reuniones militares, la planificación de estrategias y la recepción de visitas oficiales de alto nivel. Este uso continuó hasta bien entrado el siglo XX, cuando la organización militar española se reestructuró y la Capitanía General se transformó en el Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad, una institución con un papel fundamental dentro de las Fuerzas Armadas modernas.

La restauración del Salón del Trono: Un espacio de poder y ceremonia

Uno de los elementos más emblemáticos del antiguo convento es el Salón del Trono, que fue restaurado y adaptado a sus nuevas funciones militares durante el siglo XX. Esta sala, que originalmente fue el refectorio del convento, pasó a ser uno de los espacios más importantes dentro de la Capitanía General, donde se celebraban recepciones, actos castrenses y ceremonias oficiales.

El Salón del Trono es un claro ejemplo del esfuerzo de restauración y conservación que ha acompañado al edificio a lo largo de su historia. Su bóveda de crucería de estilo renacentista, adornada con claves policromadas que representan frailes dominicos y la Virgen del Rosario, nos remite al esplendor de la época en que fue construido. A lo largo de las décadas, ha servido como un símbolo de poder y autoridad, siendo testigo de importantes eventos militares y ceremoniales.

Entre las curiosidades del Salón del Trono destaca el hecho de que, durante la Guerra de Independencia, fue utilizado por las tropas francesas como caballeriza, lo que provocó daños significativos en la estructura. Sin embargo, gracias a los esfuerzos de restauración posteriores, el salón recuperó su esplendor original y hoy en día sigue siendo un lugar destacado dentro de la Capitanía General.

La Celda de San Vicente: Un rincón espiritual en medio de la estructura militar

Otro de los rincones más curiosos del conjunto arquitectónico es la llamada Celda de San Vicente, una pequeña habitación que, según la tradición, fue ocupada por el santo durante su estancia en el convento. Este pequeño espacio se ha convertido en un lugar de peregrinación para los fieles y en un símbolo de la conexión entre la vida religiosa del convento y su posterior transformación en edificio militar.

Lo que resulta más intrigante de esta celda es su historia de conservación. Durante siglos, la celda fue disputada por la nobleza valenciana, que competía por hacerse con la responsabilidad de su cuidado y preservación. En 1604, incluso se creó una cofradía de doce miembros encargada de velar por su mantenimiento. A lo largo de las décadas, la celda sufrió daños, saqueos y modificaciones, especialmente durante la Guerra Napoleónica y la Guerra Civil Española, cuando fue utilizada como polvorín.

A pesar de estos episodios, la celda ha sobrevivido y ha sido restaurada en varias ocasiones. Hoy en día, está decorada con un sencillo altar presidido por una imagen de San Vicente Ferrer, y los zócalos de cerámica policromada que adornan las paredes son de gran belleza e interés histórico. Aunque pequeña, la Celda de San Vicente sigue siendo un lugar lleno de simbolismo y espiritualidad, incluso dentro del contexto militar del edificio.

El Aula Capitular: Un testigo de grandes decisiones

Entre los espacios más espectaculares del antiguo convento se encuentra el Aula Capitular, conocida también como “El Salón de las Palmeras” debido a las cuatro altas columnas que se alzan en el centro de la sala, cuyas nervaduras se extienden hacia arriba como ramas de una palmera. Este salón, terminado en 1321, fue costeado por el caballero don Pedro Boil, quien también desempeñó un papel importante en la expansión y consolidación del convento.

El Aula Capitular es un espacio con gran valor histórico y artístico. Aquí se celebraban las reuniones de la orden dominica, se elegían los priores y se tomaban decisiones importantes para la comunidad religiosa. Además, en este lugar tuvieron lugar las Cortes Generales del Reino de Valencia, un hecho que resalta la importancia política de este espacio durante la Edad Media.

A lo largo de los siglos, el Aula Capitular ha sido restaurada en varias ocasiones, pero conserva su impresionante estructura original. Las bóvedas góticas, las columnas fasciculadas y los blasones que adornan las paredes nos transportan a una época en la que la vida política y religiosa de Valencia estaba intrínsecamente unida. Hoy en día, este espacio sigue siendo uno de los más visitados y admirados del edificio.

La Capilla de San Vicente: Neoclásico y gótico en perfecta armonía

La Capilla de San Vicente, también conocida como la Iglesia de Santo Domingo, es otro de los espacios religiosos que han perdurado a lo largo del tiempo. Este templo, que forma parte de la tercera iglesia conventual, fue en gran parte demolido en 1865, pero la Capilla de San Vicente se salvó y fue convertida en la Parroquia Castrense de Valencia en 1878.

Diseñada por José Puchol a finales del siglo XVIII, la capilla es de estilo neoclásico y cuenta con una nave de seis tramos y una cúpula semicircular. El retablo que preside el altar mayor es una obra de inspiración barroca que representa a San Vicente predicando, una escena que refuerza el vínculo entre el santo y el convento.

Sin embargo, lo que más destaca de la capilla es la bóveda del presbiterio, decorada con frescos de José Vergara Gimeno que representan la Apoteosis Celestial de San Vicente. Estos frescos, junto con los lienzos de Vicente Salvador Gómez que adornan los muros laterales, son un testimonio del talento artístico valenciano de la época.

La Capilla de los Reyes: Una joya funeraria del gótico tardío

Por último, no podemos dejar de mencionar la Capilla de los Reyes, una de las estancias más impresionantes y cargadas de historia del conjunto monumental. Esta capilla, encargada por Alfonso el Magnánimo, fue originalmente concebida como el lugar de descanso del monarca y su esposa. Sin embargo, ninguno de los dos fue enterrado aquí, y la capilla terminó siendo utilizada como lugar de sepultura de los Marqueses de Zenete.

El diseño de la capilla, obra de Francesc Baldomar, es un excelente ejemplo del gótico tardío valenciano, y su bóveda estrellada sin nervaduras le confiere un aire de majestuosidad y solemnidad. El sepulcro de mármol blanco de Paros, donde descansan los Marqueses de Zenete, es una obra maestra de la escultura funeraria, realizada en Génova en 1563 por Giovanni Battista Castello, Giovanni Carlone y Giovanni Orsolino.

En su momento, la capilla también albergaba dos tablas del taller de El Bosco, que actualmente se encuentran en el Museo de Bellas Artes San Pío V de Valencia. La ausencia de decoración en la capilla, más allá de la piedra desnuda y el sepulcro, refuerza su carácter funerario y la convierte en un espacio de reflexión y recogimiento.


El Real Convento de Santo Domingo y la Capitanía General de Valencia son, sin lugar a dudas, dos de los monumentos más fascinantes y cargados de historia de la ciudad. Desde su fundación en el siglo XIII hasta su actual uso como sede militar, el edificio ha sido testigo de innumerables eventos históricos y ha albergado a algunas de las figuras más influyentes de Valencia y España. Sus claustros, capillas y salones son un reflejo de la rica herencia arquitectónica, religiosa y política de la ciudad, y merecen ser conocidos y admirados por todos aquellos que visiten Valencia.

La Capilla de los Reyes: Entre la historia y la leyenda

La Capilla de los Reyes, situada en el antiguo Convento de Santo Domingo, es una de las joyas del gótico valenciano y destaca no solo por su impresionante arquitectura, sino también por las historias de amor y tragedia que envuelven a sus ocupantes funerarios. Esta capilla fue encargada por Alfonso V el Magnánimo con la intención de que fuera su lugar de descanso eterno, así como el de su esposa María de Castilla. Sin embargo, los designios reales cambiaron, y Alfonso decidió ser enterrado en Nápoles, mientras que su esposa fue sepultada en el Real Monasterio de la Santísima Trinidad de Valencia.

Pese a estos cambios, la capilla no quedó desierta. En 1535, el emperador Carlos I de España cedió el espacio a Doña Mencía de Mendoza, Marquesa de Zenete, para que fuera el lugar de sepultura de su familia. El espectacular sepulcro de mármol blanco de Paros que ocupa el centro de la capilla fue labrado en Génova hacia 1563 y alberga los restos de Don Rodrigo de Mendoza, Marques de Zenete, y su esposa, Doña María Fonseca de Toledo. Aunque sus muertes datan de principios del siglo XVI (1523 y 1521 respectivamente), el sepulcro fue construido mucho más tarde, bajo la disposición testamentaria de su hija, Doña Mencía.

Una historia de amor y rebelión

Una de las historias más fascinantes vinculadas a la Capilla de los Reyes es la relación entre Don Rodrigo de Mendoza y Doña María de Fonseca, un amor prohibido que enfrentó a las familias nobles de la época y que estuvo marcado por la intriga y la desobediencia a las normas sociales.

Don Rodrigo era un hombre conocido por su destreza en el campo de batalla, pero también por su apasionada vida amorosa. Tras la muerte de su primera esposa, Leonor de la Cerda, hija de los Duques de Medinaceli, se embarcó en una relación amorosa con Doña María de Fonseca, hija de una influyente familia noble. Este amor no fue bien recibido por los Fonseca, quienes querían que María contrajera matrimonio con su primo Pedro Ruiz de Fonseca para preservar el patrimonio familiar.

Sin embargo, el amor entre Rodrigo y María era más fuerte que los intereses familiares, lo que desencadenó una serie de eventos dramáticos. El marqués intentó casarse con María en varias ocasiones, enfrentándose incluso a la autoridad real. Fernando el Católico, para detener el escándalo, ordenó que María fuera confinada en el castillo de Arévalo, mientras que Rodrigo fue encerrado en el castillo de Cabezón. Pero el marqués no se dio por vencido, y tras la muerte de Felipe I de Castilla, aprovechó el caos político para raptar a María del convento donde se encontraba. Finalmente, lograron casarse en 1507, aunque María fue desheredada por su familia.

Esta historia de amor, llena de rebeldía y desafío, fue inmortalizada no solo en los cantares populares de la época, sino también en el impresionante sepulcro de la Capilla de los Reyes, donde finalmente reposan juntos.

El estilo arquitectónico: Un símbolo de poder y devoción

La Capilla de los Reyes es un excelente ejemplo del gótico tardío valenciano, caracterizado por su elegante bóveda estrellada sin nervaduras, que otorga a la capilla una sensación de ligereza y grandeza a la vez. Este estilo arquitectónico, que combina elementos góticos y renacentistas, fue una manifestación del poder de los monarcas y la nobleza, y de su devoción religiosa.

Además del impresionante sepulcro, la capilla destaca por su pórtico apuntado con doble arquivolta y las armas de Alfonso el Magnánimo que adornan el tímpano. Aunque en su momento la capilla estaba decorada con dos tablas del taller de El Bosco, hoy estas obras se encuentran en el Museo de Bellas Artes de Valencia, lo que deja la capilla en una desnudez arquitectónica que realza su carácter funerario y solemne.

La función de la Capilla en la actualidad

A día de hoy, la Capilla de los Reyes sigue siendo uno de los principales atractivos del antiguo convento y de la Capitanía General de Valencia. Su imponente estructura y las historias que alberga la convierten en un lugar de reflexión, no solo sobre la historia de la ciudad, sino también sobre el poder y la fe que marcaron la vida de los personajes que allí descansan.

El impacto cultural y su declaración como Bien de Interés Cultural

El antiguo Convento de Santo Domingo fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1931, lo que subraya la importancia cultural y patrimonial del edificio. Su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) es un reconocimiento no solo a su valor arquitectónico, sino también a su papel en la historia de Valencia y España.

Este reconocimiento ha permitido que el edificio sea preservado y restaurado a lo largo de los años, manteniéndose como un símbolo vivo de la historia valenciana. A pesar de las transformaciones y el uso militar que ha tenido desde el siglo XIX, el convento ha sabido conservar su esencia y sigue siendo un espacio abierto al público mediante visitas guiadas, que permiten a los visitantes recorrer sus claustros, capillas y salones mientras descubren los secretos de su pasado.

Las visitas guiadas: Un recorrido por el tiempo

Una de las grandes ventajas de este edificio es que, a pesar de su uso militar actual, las autoridades han permitido que el público acceda a gran parte del conjunto monumental a través de visitas guiadas. Estas visitas, que son gratuitas pero requieren reserva previa, ofrecen una oportunidad única de explorar el interior de uno de los edificios más antiguos y mejor conservados de Valencia.

Las visitas incluyen un recorrido por el majestuoso Claustro Gótico, la Capilla de los Reyes, el Aula Capitular, el Salón del Trono y la Celda de San Vicente, entre otros espacios. Además, los guías especializados narran la historia del convento y la capitanía, haciendo que la experiencia sea aún más enriquecedora.

Un patrimonio vivo

A lo largo de sus más de 750 años de historia, el Real Convento de Santo Domingo y la Capitanía General de Valencia han sabido adaptarse a los cambios sin perder su esencia. Hoy, este impresionante conjunto arquitectónico sigue siendo un referente histórico y cultural en la ciudad de Valencia. Desde sus raíces como convento dominico, pasando por su papel como sede de las Cortes Generales y su posterior transformación en Capitanía General, este edificio ha sido testigo de innumerables eventos que han moldeado la historia de la ciudad y del país.

La combinación de su impresionante arquitectura gótica y renacentista, junto con las historias de poder, amor y devoción que encierran sus muros, hacen de este monumento un lugar único en Valencia. Ya sea para admirar su belleza arquitectónica o para conocer más sobre la historia que lo rodea, el antiguo Convento de Santo Domingo sigue siendo un destino imprescindible para cualquier visitante de la ciudad.

El Claustro Gótico: Un refugio de paz y simbolismo

Uno de los elementos más admirados y fotografiados del antiguo Convento de Santo Domingo es su Claustro Gótico, un espacio que, a pesar de las diversas reformas que el edificio ha sufrido, ha mantenido su esencia y belleza original. Su construcción se inició a principios del siglo XIV y es un perfecto ejemplo de la arquitectura gótica flamígera, con arcos apuntados, tracerías elaboradas y bóvedas de crucería que evocan una atmósfera de recogimiento y solemnidad.

El claustro está compuesto por una serie de galerías que rodean un tranquilo jardín central, lo que crea un espacio de paz en el corazón del edificio. Originalmente, este claustro servía como lugar de meditación para los monjes dominicos que residían en el convento, quienes solían recorrer sus pasillos en silencio, contemplando la naturaleza y reflexionando sobre su vida espiritual.

Lo que resulta particularmente interesante de este claustro es la simbología oculta en sus detalles arquitectónicos. Los parteluces que adornan los arcos están decorados con blasones de antiguas familias nobles de Valencia, lo que demuestra la fuerte conexión entre la nobleza y las órdenes religiosas durante la Edad Media. Estos blasones no solo eran un símbolo de poder y prestigio, sino también una muestra de apoyo financiero por parte de estas familias al convento. De hecho, muchas de ellas, como los Boil y los Mendoza, contribuyeron a la ampliación y embellecimiento del convento a lo largo de los siglos.

Además de su función religiosa, el claustro también fue un espacio de encuentro y diálogo. Aquí, los monjes y priores discutían asuntos importantes para la orden y para la comunidad, y a lo largo de los siglos, el claustro ha sido testigo de debates filosóficos, acuerdos políticos y decisiones religiosas. Su relevancia trasciende el ámbito religioso, ya que también sirvió como lugar de reunión para las Cortes del Reino de Valencia, consolidando su importancia en la vida política de la ciudad.

Hoy en día, los visitantes del claustro pueden caminar por los mismos pasillos que recorrieron los dominicos hace más de 700 años, admirando las tracerías góticas, los capiteles historiados y las claves de las bóvedas, que a menudo incluyen representaciones religiosas y heráldicas. El jardín central, aunque pequeño, está cuidado con esmero, y añade un toque de serenidad al conjunto, invitando a los visitantes a tomarse un momento de calma y contemplación en medio del bullicio de la vida moderna.

El Refectorio o Salón del Trono: De comedor monástico a sala ceremonial

El Refectorio del antiguo convento, ahora conocido como el Salón del Trono, es otro de los espacios que ha experimentado una gran transformación a lo largo de los siglos. Originalmente, este salón era utilizado como el comedor de los monjes dominicos, quienes compartían aquí sus comidas en silencio, escuchando las lecturas sagradas que se recitaban durante las horas de comida, una práctica común en los conventos de la época.

Sin embargo, después de la exclaustración de 1835, el refectorio perdió su función original y, tras diversas reformas, fue convertido en el Salón del Trono. La restauración llevada a cabo en 1966 por el General Mateo Marco fue fundamental para devolver al espacio su grandeza. Hoy en día, el Salón del Trono es utilizado para ceremonias militares y eventos oficiales, convirtiéndose en un símbolo del poder y la autoridad castrense en Valencia.

El Salón del Trono está decorado con bóvedas de crucería renacentistas, cuyas claves policromadas aún muestran imágenes de frailes dominicos y la Virgen del Rosario. Las paredes, que en su momento estuvieron recubiertas de azulejos valencianos, ahora están decoradas con tapices y retratos de personajes ilustres que han pasado por la historia del convento y de la Capitanía General. Este espacio, que fue utilizado como caballeriza por las tropas francesas durante la Guerra de Independencia, es ahora un lugar de orgullo y solemnidad.

El Salón del Trono sigue albergando eventos de gran importancia, como conciertos, conferencias y recepciones oficiales. Cada uno de estos eventos, que aún conserva su carácter ceremonial, añade una nueva capa de historia a este espacio ya de por sí cargado de simbolismo y tradición.

La Sala de Capitanes Generales: Un homenaje a la historia militar de Valencia

Un espacio relativamente moderno dentro del conjunto es la Sala de Capitanes Generales, creada como parte del proceso de restauración del edificio tras su conversión en Capitanía General. Esta sala está dedicada a honrar la memoria de todos los Capitanes Generales de Valencia, un rango militar creado por el rey Felipe V tras la abolición de los Fueros Valencianos en 1707.

La sala está adornada con retratos de los diferentes capitanes generales que han ocupado este puesto a lo largo de los siglos, desde la creación del rango hasta la actualidad. Cada uno de estos retratos nos cuenta una historia, no solo de la persona que aparece en el cuadro, sino también de la época en la que ejercieron su cargo, los desafíos militares y políticos a los que se enfrentaron, y las decisiones que tomaron en nombre de la defensa de Valencia y España.

Esta sala, que combina el arte con la historia militar, ofrece una visión fascinante de la evolución del ejército español y el papel que ha desempeñado la ciudad de Valencia en la defensa del territorio. La creación de esta sala es un recordatorio de que, aunque el edificio haya tenido un origen religioso, su transformación en Capitanía General no ha borrado su importancia como centro de poder y toma de decisiones.

La importancia de las restauraciones: Salvaguardando el patrimonio

El edificio del antiguo Convento de Santo Domingo ha sobrevivido a siglos de transformaciones, guerras, ocupaciones y restauraciones. Desde su creación en el siglo XIII, el convento ha sido objeto de numerosas intervenciones arquitectónicas que han permitido preservar su estructura y adaptarlo a nuevos usos.

Uno de los personajes más importantes en la historia reciente del convento fue el General Urrutia, quien jugó un papel crucial en las restauraciones llevadas a cabo durante el siglo XIX. Gracias a su dedicación y esfuerzo, muchos de los elementos originales del convento, como el Aula Capitular y el Claustro Gótico, fueron recuperados y restaurados, permitiendo que el edificio siga siendo una de las joyas arquitectónicas más importantes de Valencia.

La labor de restauración no terminó con Urrutia. A lo largo del siglo XX y hasta la actualidad, varios proyectos han buscado no solo preservar el estado del edificio, sino también abrirlo al público. Estos esfuerzos han permitido que el antiguo convento, hoy Capitanía General de Valencia, siga siendo un lugar vivo, lleno de historia y cultura.

Conclusión: Un monumento que sigue escribiendo su historia

El antiguo Convento de Santo Domingo y la Capitanía General de Valencia son mucho más que simples edificios históricos. Son testigos de más de 750 años de historia, durante los cuales han desempeñado roles cruciales tanto en la vida religiosa como política y militar de la ciudad. Desde sus inicios como un humilde convento dominico hasta su transformación en sede militar, el conjunto arquitectónico ha sabido adaptarse a los cambios sin perder su esencia.

Los visitantes de hoy pueden recorrer sus claustros, capillas y salones, sumergiéndose en la rica historia que envuelve cada rincón del edificio. Ya sea admirando la belleza gótica del Claustro Mayor, reflexionando en la Celda de San Vicente, o explorando las historias de los Capitanes Generales en la sala dedicada a ellos, cada paso en este monumento es un viaje a través del tiempo.

La Capitanía General de Valencia sigue siendo un símbolo de poder y autoridad, pero también de devoción, arte y cultura. Las visitas guiadas ofrecen la oportunidad de descubrir este monumento desde una nueva perspectiva, donde lo militar y lo religioso se entrelazan para contar una historia que sigue viva en las piedras del edificio.

No hemos podido validar su suscripción.
Se ha realizado su suscripción.

Newsletter

Suscríbase a nuestra newsletter para recibir nuestras novedades.

Usamos Brevo como plataforma de marketing. Al enviar este formulario, aceptas que los datos personales que proporcionaste se transferirán a Brevo para su procesamiento, de acuerdo con la Política de privacidad de Brevo.

Previous Story

Curiosidades y Leyendas de la Capitanía General de Valencia y el Convento de Santo Domingo

Next Story

El mejor pincho de tortilla de España se decide en Valencia: 15 finalistas competirán por el título

Latest from Lugares

“El Turia: El parque que cambió la vida valenciana” En Valencia, hay un río que ya no lleva agua, pero fluye con vida: el
Go toTop