vlcseoEl Carrer de la Guatla es un rincón discreto y fascinante de Valencia, una joya oculta dentro del entramado urbano que mantiene el encanto de los antiguos adzucacs, término árabe que designa a los callejones sin salida. Con entrada desde el más conocido Carrer de Sagunt, este pequeño callejón representa una conexión con el pasado medieval e islámico de la ciudad.
Un vistazo a los adzucacs de Valencia
Los adzucacs eran una característica distintiva del urbanismo islámico, común en ciudades como Valencia, que estuvo bajo dominio musulmán durante más de 500 años. Estas calles estrechas y sin salida ofrecían no solo un diseño práctico para la vida en comunidad, sino también seguridad. Al ser callejones cerrados, era más fácil protegerlos de intrusos, ya que contaban con un solo punto de acceso. Además, proporcionaban sombra y frescor, elementos vitales en el cálido clima mediterráneo.
El Carrer de la Guatla es uno de los pocos ejemplos que aún persisten en la ciudad, un testimonio vivo de aquella época.
Curiosidades del Carrer de la Guatla
- Nombre evocador:
“Guatla” es una palabra que hace referencia a un ave, posiblemente la ganga común (Pterocles alchata), un animal que habitaba zonas del interior valenciano. Sin embargo, el origen del nombre del callejón es incierto y podría estar vinculado a apodos o nombres locales antiguos. - Localización escondida:
Su entrada desde el Carrer de Sagunt pasa desapercibida para quienes no lo conocen, lo que convierte este lugar en un refugio tranquilo dentro de la actividad del barrio. - Tamaño reducido:
Es un callejón corto, lo que refuerza la sensación de intimidad y aislamiento que buscaban los habitantes originales en estas calles. - Conexión con el barrio:
Este callejón forma parte del antiguo barrio extramuros, una zona que comenzó a desarrollarse en la Edad Media, pero que todavía conserva detalles de su trazado original.
¿Qué lo hace especial?
El Carrer de la Guatla es un punto ideal para reflexionar sobre cómo la ciudad de Valencia ha evolucionado a lo largo de los siglos, adaptándose a nuevas necesidades urbanísticas pero conservando retazos de su esencia histórica. Para los amantes de los lugares poco transitados y cargados de historia, este callejón ofrece una oportunidad única de descubrir una Valencia diferente, lejos de los recorridos turísticos habituales.
Explorando el entorno
Si visitas el Carrer de la Guatla, no te pierdas los alrededores del Carrer de Sagunt, una vía histórica que conecta con el corazón de la ciudad. A pocos pasos se encuentran otros puntos interesantes como:
- El Convento de los Ángeles: Un edificio cargado de historia religiosa.
- El barrio de Morvedre: Una zona rica en tradiciones y arquitectura popular.
Carrer de la Guatla: Un rincón lleno de recuerdos personales
El Carrer de la Guatla, y su entorno, no solo es un testimonio histórico de Valencia, sino también un espacio cargado de historias personales y vivencias cotidianas. Comentarios como los de Miguel Ángel Genovés Romero, que menciona sus 30 años laborales en el barrio de Morvedre, y Amparo Fabra Simarro, quien recuerda a su abuela viviendo en la calle del Duque, revelan el profundo vínculo de la comunidad con esta área.
- La vida laboral: El barrio de Morvedre, cercano al Carrer de la Guatla, tiene un rico pasado industrial y comercial. Calles como Ministre Lluís Mayans, mencionada por Miguel Ángel, reflejan la importancia de la actividad económica en esta zona a lo largo de los años.
- Los recuerdos familiares: Amparo Fabra menciona cómo su abuela vivía cerca, un recuerdo que nos conecta con las transformaciones que ha vivido esta área, adaptándose a los tiempos pero manteniendo su esencia.
Elementos que enriquecen el carácter del callejón
- Una terraza de cine de antaño: Ines Lilly pregunta si alguna vez hubo una terraza de cine en la zona. Esto abre la posibilidad de investigar si había espacios de recreo o cines al aire libre cerca del Carrer de la Guatla, lo cual era típico en barrios como Morvedre durante el siglo XX.
- El nombre y los pájaros: Irene Estrada Ena hace una observación muy interesante sobre el posible origen del nombre, asociándolo con “la codorniz”, un ave que encajaría con el carácter discreto de un callejón sin salida. Además, José Luis Meri menciona “Trankis, és un pardal” (tranquilo, es un pájaro), reforzando esa idea del barrio como un espacio tranquilo y tradicional.
- Los bares y la vida social: Rafa Alguer Romero menciona un “buen barecito en la esquina”. Los bares han sido históricamente puntos de reunión en barrios como este, donde la vida vecinal es una parte fundamental del tejido social.
Tradición y modernidad: El Carrer de la Guatla hoy
Comentarios como “todo está reformado”, de Amparo Fabra, nos recuerdan que el barrio ha cambiado con el tiempo. Sin embargo, la esencia del Carrer de la Guatla, como adzucac histórico, sigue viva. Las reformas en barrios tradicionales como este suelen ser una mezcla de modernización y conservación del patrimonio, algo que los vecinos parecen valorar mucho.El Carrer de la Guatla es un recordatorio de que incluso en las grandes ciudades, los lugares más pequeños y escondidos pueden contar historias grandes y fascinantes. ¡Atrévete a descubrirlo!
