El Arte Rupestre Levantino

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El Arte Rupestre Levantino, declarado ahora Patrimonio de la Humanidad, descubierto ya a finales del siglo XIX, recibió el calificativo de “el legado más vivo que la Humanidad Prehistórica nos haya dejado” por Herbert Khun, famoso prehistoriador europeo. Es arte en toda la extensión y categoría del contenido, pero es algo más, es también documentación histórica, inmenso archivo donde se contiene la imagen gráfica de un extenso periodo de nuestro pasado. Archivo que nos ofrece una masa considerable documental que nos ha de permitir escribir con comodidad la historia de uno de los periodos mejor iluminados de la misma.

Sin embargo, algunos enigmas se ciernen sobre él y, por el momento, invalidan o anulan o disminuyen el uso de tan grandioso archivo.

Y todo ello porque no es posible respuesta unánime a la pregunta ¿cuándo se pintó?.

Sin duda ninguna que lo pintaron nuestros antepasados, hombres o mujeres, los habitantes en nuestras serranías o en nuestras costas, pero ¿cuándo?. Las diferencias que baraja la investigación actual alcanzan los seis mil años en los casos más extremos, y siempre supera los mil en los más moderados, de ahí la imposibilidad señalada.

Sin embargo, últimamente, los investigadores que nos hemos ocupado de la cronología del Arte Rupestre Levantino con mayor intensidad, hemos podido presentar documentación que avala su datación mesolítica, en la que ya habían creído notables prehistoriadores españoles y europeos desde Juan Cabré, el descubridor del A.R.L. En atención a ello, el Arte Rupestre Levantino, de acuerdo con nuestra estructuración, es la continuidad del arte paleolítico, sin interrupción, como tampoco la hay étnica, necesariamente hay cambio tecnológico, económico, social y artístico, en cuanto a temas, estilo, procedimientos, etc.

Se produce, pues, toda esta inmensa obra artística entre el 8.000 y el 5.000 antes de Cristo, durante el Mesolítico, periodo intermedio, como su nombre bien indica, entre los tiempos viejos, Paleolítico, y los nuevos, Neolítico, de gran trascendencia en la Historia de la Humanidad, sobre todo en la vertiente mediterránea de la Península Ibérica, desde Huesca hasta Almería, con límites en la divisoria de aguas tierra adentro, como se dirá.

El arte surgió unos veinte mil años antes, entre el 25.000 y el 30.000 antes de Cristo se cría hasta hace poco pero, dataciones recientes realizadas con novedosa tecnologia actual en tres significados yacimientos españoles, han situado sus comienzos a partir del 60.000 cuanto menos, es decir en época musteriense, lo que nos ha causado gran satisfacción por nuestra defensa a ultranza de los neandertales como deben saber los investigadores bien informados , y durante tan largo periodo de tiempo los seres humanos sólo representaron en lo formal el mundo exterior, lo que veían a su alrededor y constituía su principal fuente alimenticia, el animal, los animales, en actitud estática fundamentalmente, animada en contadas ocasiones; aparte los signos “ideomorfos”, que por su carácter abstracto y esquemático parecen símbolos representando ideas. Es el Arte Paleolítico.

Pero entre el 8.000-5.000 a. de Cristo, durante el Mesolítico, los profundos cambios socio-económicos provocados por el no menos profundo cambio climático, da lugar a cambios tecnológicos y a la profunda renovación en el campo artístico.

No solo se representará el mundo exterior, el mundo animal, en actitud estática inicialmente, y más dinámica con el paso del tiempo, sino que aparecen por vez primera las representaciones humanas naturalistas, sólo los hombres y mujeres, o en escenas cada vez de composición más complicada y abigarrada. El ser humano comienza a representarse así mismo, plasmando actividades de la vida cotidiana, y caza, disparando arcos, jabalinas, acechando y persiguiendo a las presas heridas; danza; recolecta; ajusticia; desfila; charla; etc., etc.

Es decir, el ser humano se descubre así mismo; lo importante, ahora, no será ya el mundo exterior, sino el interior, la colectividad, el ser humano en sus múltiples proyecciones. La introspección le hace creer que él es la pieza clave en el mundo, de ahí el carácter historicista que adquiere el Arte Rupestre Levantino. Es el inicio del antropocentrismo
Y todo esto coincide con la aparición de los primeros enterramientos, datados en Oliva entre el 8.000 y el 6.000 a. de Cristo. Si hasta el Mesolítico no se conoce ninguno, porque el ser humano no da valor a sus restos inertes, meros despojos, a partir del Mesolítico los valora y los protege, enterrándolos, y nos encontramos con auténticas necrópolis en los mismos lugares de habitación. Los hominidos que, con los neandertales se puede pensar que han alcanzado la humanidad, en este momento se puede considerar que ya tienen alma,idea que ofrecemos a teólogos, filosofos y sociólogos
Coincidiendo con el respeto a los muertos aparece el Arte Rupestre Levantino, en el que los temas centrales, más numerosos y mejor tratados, son los que hacen referencia al ser humano y a sus actividades cotidianas. De ahí que consideremos la gran trascendencia del periodo para la historia de las ideas, del pensamiento y de las creencias.

Y todo esto es lo que se representa en rojo fundamentalmente, en las paredes de los cientos de recovecos rocosos de las serranías mediterráneas desde Huesca hasta Almería, con núcleo central y capital en la Comunidad Valenciana.

Y esta singularidad, importancia y trascendencia histórica y artística es lo que supo reconocer la UNESCO, premiando el esfuerzo que en ello pusieron arqueólogos y políticos valencianos y de las otras comunidades implicadas.

JOSE APARICIO PEREZ