Valencia cambia su perfil urbano desde Benimàmet: así renace el antiguo Hotel Feria
El histórico Hotel Feria, cerrado desde 2006 frente a Feria Valencia, reabre como Hotel Valencia Feria bajo la firma Alter Hotels Group y simboliza la nueva cara urbana y social de la ciudad.
Del icono blanco de los años 80 al gris del siglo XXI
Durante décadas, la entrada noroeste de Valencia estuvo marcada por una silueta inconfundible: un edificio de blanco roto coronado por un enorme rótulo naranja que anunciaba el Hotel Feria, vecino directo de Feria Valencia. Desde la autovía o desde Benimàmet, aquel volumen vertical formaba parte del imaginario colectivo de los años ochenta y noventa.
Hoy esa estampa ha cambiado. El rótulo ya no manda sobre el skyline, la fachada se ha teñido del gris que domina en las nuevas construcciones y el edificio muestra una imagen completamente remodelada. Sobre la misma estructura donde se levantó el antiguo Hotel Feria, abre ahora sus puertas el Hotel Valencia Feria, gestionado por la firma valenciana Alter Hotels Group, que ha devuelto la actividad a un inmueble que llevaba casi dos décadas cerrado y degradándose a la vista de todos.
Un proyecto pensado para viviendas que encontró su destino en el turismo de negocios
El edificio nació en los años ochenta con otro propósito. Tal y como recuerda Juan Puchades, propietario de Alter Hotels Group junto a su hermano Ramón, el proyecto original estaba concebido como bloque de viviendas. Esa vocación inicial explica las generosas dimensiones de los espacios interiores y el tamaño de las habitaciones, muy superior al de un hotel convencional de la época.
No fue hasta los años noventa cuando el inmueble se incorporó al uso hotelero y adoptó definitivamente la identidad de Hotel Feria, estrechamente ligado a la actividad de Feria Valencia. Puchades, vecino de Benimàmet “de toda la vida” y miembro de una familia de larga tradición hotelera, recuerda aquellos años como un momento de gran efervescencia económica: una feria podía durar seis días, pero el montaje se alargaba alrededor de un mes, generando un flujo constante de trabajadores, expositores y visitantes.
El espejo de los años boyantes de Feria Valencia
El establecimiento, que tuvo varios propietarios a lo largo de su trayectoria —entre ellos figuras vinculadas al sector hotelero como los titulares del antiguo Astoria o el empresario Abel Matutes— se convirtió en símbolo de un tiempo en el que el turismo de negocios tiraba con fuerza de la economía local. El hotel llegó a explorar de nuevo la idea de convertirse en edificio residencial, pero el destino lo ha devuelto al punto de partida: ser lugar de acogida para quienes llegan a la ciudad.
Hotel Valencia Feria: del hotel clásico al modelo ‘aparthotel’
La reapertura bajo el nombre Hotel Valencia Feria refleja un cambio de época. El inmueble ha sido completamente actualizado, tanto en su piel exterior como en sus interiores, y su concepto se adapta al nuevo perfil del visitante: profesionales que viajan con el ordenador del teletrabajo bajo el brazo, familias que buscan estancias medias o largas y viajeros que priorizan la flexibilidad.
El edificio alberga ahora 140 unidades de uno y dos dormitorios, equipadas con cocina completa y, en muchos casos, terraza. Puchades resume la apuesta con claridad: “Hoy se busca más el modelo de aparthotel que la habitación clásica de hotel”. Las grandes superficies que en otro momento se percibían “excesivas” para un hospedaje individual se convierten ahora en una ventaja competitiva.
Nuevos servicios para una nueva etapa
Además de la remodelación integral de habitaciones y zonas comunes, el proyecto contempla la puesta en marcha de nuevos servicios: una piscina y una cafetería que recupera el espíritu social de los primeros tiempos, cuando el establecimiento arrancó bajo el rótulo “Atrium”. El edificio, una vez más, vuelve a ser punto de referencia para quienes llegan a la zona de Feria Valencia.
Benimàmet, de barrio obrero a puerta moderna de la ciudad
La transformación del antiguo Hotel Feria no se entiende sin el contexto del propio Benimàmet. El barrio, que en los años sesenta recibió una importante oleada de población emigrante, atravesó posteriormente problemas asociados a las drogas y a la degradación urbana, como ocurrió en otras áreas periféricas de la ciudad.
Hoy el discurso es distinto. Puchades destaca que se trata de “una barriada limpia, muy próxima a Valencia” y reivindica su potencial como “lugar ideal junto a la capital”, a escasos minutos del centro gracias a la red de transporte público y a la proximidad de grandes equipamientos. El empresario reclama, eso sí, una mayor atención por parte del Ayuntamiento para acompañar este proceso de renovación.
Un edificio que cuenta la historia de dos Valencias
Desde su levantamiento en los años ochenta hasta la inauguración del nuevo hotel en pleno siglo XXI, el edificio ha sido testigo de cambios profundos en la ciudad y en la manera de viajar. De la Valencia de grandes certámenes feriales y habitaciones sobredimensionadas para ejecutivos a una Valencia de teletrabajo, estancias flexibles y servicios adaptados a nuevas formas de vida.
Donde antes se alzaba un volumen blanco roto con un rótulo naranja visible desde la distancia, hoy aparece una torre de líneas grises y discretas pero con una oferta renovada puertas adentro. El antiguo Hotel Feria y el actual Hotel Valencia Feria funcionan como dos capítulos distintos de una misma historia: la de la evolución del paisaje urbano y la de una sociedad que ha cambiado hábitos, expectativas y maneras de habitar la ciudad.
En Benimàmet, ese cambio se hace visible en un solo golpe de vista. Basta con alzar la mirada hacia la fachada del nuevo hotel para entender cuánto puede contar un edificio cuando se convierte en espejo de su tiempo.
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