María Ángeles y la cruda realidad de la DANA: ‘Ese dinero sirve para bien poco’

17 enero, 2025
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Los afectados por la DANA, como María Ángeles en Algemesí, siguen esperando soluciones reales mientras denuncian ayudas insuficientes y una gestión burocrática que los deja desprotegidos. La reconstrucción parece un sueño lejano para quienes lo han perdido todo.

La devastación que dejó la última DANA en la Comunidad Valenciana continúa afectando profundamente a los ciudadanos. María Ángeles, vecina de Algemesí, es una de las muchas personas que se sienten abandonadas por las instituciones tras perder su hogar y su estabilidad. A pesar de haber recibido una ayuda de 6.000 euros, asegura que esta cantidad es insuficiente para afrontar los retos que enfrenta diariamente.

“Ese dinero sirve para bien poco”, declaró en una conversación con el programa Todo es mentira, donde relató las dificultades que vive desde hace ya más de 77 días. Sus palabras son un reflejo del malestar de cientos de familias que aún esperan una respuesta más eficiente y solidaria.

Ayudas que no llegan a tiempo

La cifra de 6.000 euros entregada como ayuda inicial parece haber sido igual para todos los afectados, lo que ha generado críticas. María Ángeles denuncia que el planteamiento de estas ayudas es injusto y no tiene en cuenta el nivel de pérdida real que cada familia ha sufrido.

“¿Cómo es posible que se otorgue la misma cantidad a alguien que ha tenido un palmo de agua en casa que a alguien como yo, que lo he perdido todo? Esto no tiene sentido. Es un café para todos, y así no se ayuda realmente a nadie”, expresó con frustración.

A esto se suma la falta de respuesta por parte de los seguros. María Ángeles explicó que un perito visitó su casa el pasado noviembre y calificó su caso como urgente, pero, a día de hoy, sigue esperando alguna solución tangible.

Una burocracia que desespera

La situación se agrava con la lentitud en la gestión administrativa. Mientras desde el Gobierno aseguran que ya se ha solicitado el Fondo de Solidaridad de la Unión Europea, los afectados como María Ángeles sienten que esta es solo una promesa vacía.

“Llevamos 77 días en estas condiciones. Es indignante escuchar al presidente hablar de que se están gestionando ayudas cuando la realidad es que seguimos esperando. Nos mienten descaradamente, y esto solo demuestra que no están preparados para gobernar”, afirmó.

El impacto emocional de la tragedia

Más allá de los daños materiales, la DANA ha dejado un impacto emocional profundo en los afectados. María Ángeles recuerda con tristeza cómo, en cuestión de horas, perdió todo lo que había construido a lo largo de su vida. “No solo pierdes una casa, pierdes seguridad, recuerdos, todo lo que te hacía sentir en paz. Y encima, tener que luchar contra esta burocracia es desgastante”.

En su intervención, quiso enviar un mensaje de apoyo a otras familias que han sufrido incluso pérdidas humanas durante la tragedia. “A esas personas les digo que no están solas. Todos estamos luchando, pero necesitamos que nos escuchen y nos den lo que realmente necesitamos para seguir adelante”.

La situación en Algemesí y otras localidades

El caso de María Ángeles no es único. En localidades como Torrent o Paiporta, las críticas por la gestión de las ayudas son constantes. En Torrent, los accesos siguen bloqueados más de dos meses después de la DANA, lo que dificulta aún más la recuperación de las áreas afectadas.

Por su parte, en Paiporta, las lluvias revelaron problemas estructurales bajo el suelo, dejando al descubierto refugios ocultos y complicando aún más las labores de reconstrucción. Estos problemas reflejan una falta de preparación para enfrentar desastres naturales, algo que los ciudadanos denuncian con creciente enfado.

¿Qué se está haciendo realmente?

Desde las instituciones, se insiste en que los procesos están en marcha. Las ayudas estatales, los seguros y los fondos europeos se mencionan como herramientas para paliar la situación, pero los afectados aseguran que estas soluciones llegan tarde y mal.

Mientras tanto, las organizaciones locales y las iniciativas ciudadanas han tratado de llenar este vacío, ofreciendo apoyo a los afectados en forma de alimentos, ropa y recursos básicos. Sin embargo, estos esfuerzos no pueden suplir las responsabilidades de las autoridades.

Reflexión final

La DANA no solo dejó daños visibles, sino también un profundo sentimiento de abandono entre los afectados. Las promesas incumplidas, la lentitud de los seguros y la falta de una planificación adecuada agravan una situación que ya es de por sí devastadora.

¿Es justo que quienes lo han perdido todo tengan que esperar tanto para recibir una ayuda real? ¿Qué medidas se podrían tomar para garantizar que las próximas catástrofes naturales se gestionen de forma más eficiente y humana?

¿Qué opinas tú? ¿Crees que las instituciones están haciendo lo suficiente para apoyar a los afectados por la DANA? ¡Déjanos tu comentario!

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