Con apenas 109 habitantes y una superficie que mide poco más que un campo de fútbol, Llocnou de la Corona se ha convertido en el municipio más pequeño de España, arrebatando el título a otra localidad valenciana, Emperador.
En el corazón de l’Horta Sud, a tan solo 20 minutos en coche del bullicio del centro de Valencia, se encuentra un municipio que ha logrado destacar no por su tamaño, sino por su diminuta extensión: Llocnou de la Corona. Este pequeño enclave valenciano ha sido reconocido desde 2022 como el pueblo más pequeño de España, con una extensión de solo 0,012 km² y una población de 109 habitantes. Esta distinción lo convierte en un lugar único, no solo por su reducida superficie, sino por su curiosa historia y su carácter tranquilo y acogedor.
Un pequeño pueblo con una gran historia
Aunque su título de “el municipio más pequeño de España” es reciente, Llocnou de la Corona tiene una historia que se remonta al siglo XVII. Este pequeño núcleo urbano se constituyó hace más de 400 años, y a lo largo del tiempo ha mantenido su identidad y su independencia administrativa. A pesar de su tamaño, el municipio cuenta con un equipo de gobierno propio desde la Transición española.
De hecho, Llocnou de la Corona aparece mencionado en el famoso Diccionario de Madoz, una obra escrita entre 1845 y 1850 que recoge información detallada sobre todas las poblaciones de España. Este hecho subraya la relevancia histórica de este pequeño pueblo, cuyo nombre ha perdurado a lo largo de los siglos, resistiendo el paso del tiempo y los cambios políticos y sociales del país.
¿Cómo se convirtió en el pueblo más pequeño?
Hasta 2022, el título de pueblo más pequeño de España lo ostentaba Emperador, otra localidad valenciana situada en el área metropolitana de Valencia. Sin embargo, una revisión realizada por el Instituto Cartográfico de Valencia (ICV) ese mismo año ajustó los límites de los municipios, otorgando a Llocnou de la Corona una superficie oficial de 0,012 km², más pequeña que los 0,0288 km² de Emperador.
Este ajuste cartográfico no solo cambió el ranking de los municipios más pequeños del país, sino que también puso a Llocnou de la Corona en el foco de atención. Con sus 130 metros de ancho y 250 de largo, el pueblo se reduce a seis calles, todas accesibles a pie en cuestión de minutos. A pesar de su tamaño, la vida en Llocnou sigue siendo activa y dinámica, gracias a su cercanía con otros municipios como Sedaví y Alfafar, de los cuales depende para los servicios básicos.
Economía local: muebles y talleres
A pesar de su pequeño tamaño, Llocnou de la Corona cuenta con un modesto pero activo tejido económico. Las tiendas de muebles y los talleres de coches son los principales motores de su economía, lo que aporta un flujo constante de actividad al municipio. Además, en el centro de la localidad se encuentra una farmacia, que cubre las necesidades de los residentes sin necesidad de desplazarse a otros municipios cercanos.
Este tipo de actividad económica es crucial para el sustento de una localidad tan pequeña, donde la mayoría de los servicios están externalizados a los pueblos vecinos. Sin embargo, el carácter emprendedor de sus habitantes ha permitido que Llocnou de la Corona mantenga una vida económica estable y acorde con su tamaño.
Un rincón de tradición: las fiestas y la iglesia
A pesar de su reducido tamaño, Llocnou de la Corona cuenta con una vida cultural activa. Las fiestas mayores del municipio se celebran en torno al Corpus Christi, una festividad religiosa que se vive con gran devoción en la localidad. Durante estos días, las calles se llenan de alegría y los vecinos participan en actividades tradicionales, fortaleciendo el sentido de comunidad.
El principal atractivo turístico de Llocnou de la Corona es su iglesia parroquial, dedicada a la Virgen del Rosario. Inaugurada en 1904, esta iglesia de poco más de un siglo de antigüedad es el centro religioso y cultural del pueblo. Aunque modesta en tamaño, la iglesia es un símbolo de la historia y la tradición de este pequeño municipio, un lugar que ha sabido preservar sus raíces y su identidad a lo largo del tiempo.
Vida diaria en el municipio más pequeño de España
Vivir en Llocnou de la Corona es una experiencia única. Con todo a escasos metros, los vecinos disfrutan de una tranquilidad que difícilmente se encuentra en otros lugares. La cercanía física de los residentes contribuye a un fuerte sentido de comunidad, donde todos se conocen y las relaciones interpersonales son fundamentales.
La conexión con municipios más grandes como Sedaví asegura que los servicios básicos, como la atención sanitaria, la educación o los suministros, estén garantizados a pesar de las limitaciones geográficas del pueblo. Este acuerdo de colaboración con Sedaví permite que Llocnou mantenga su independencia sin sacrificar la calidad de vida de sus habitantes.
El encanto de los pequeños pueblos
Llocnou de la Corona no solo es el municipio más pequeño de España en términos de extensión, sino que también es un ejemplo de cómo los pueblos pequeños pueden tener un encanto especial que va más allá de su tamaño. La cercanía entre los vecinos, la tranquilidad que se respira en sus calles y el peso de su historia lo convierten en un lugar que, aunque pequeño, tiene mucho que ofrecer.
Este tipo de municipios son la esencia de la España rural, lugares donde la vida se mueve a un ritmo diferente y donde las relaciones humanas y la tradición cobran una importancia mayor. A menudo, estos pueblos pasan desapercibidos, pero su contribución al tejido cultural y social del país es innegable.
Reflexión final
Llocnou de la Corona es un recordatorio de que, en ocasiones, lo más pequeño puede ser lo más significativo. En un mundo donde las grandes ciudades y las extensas urbanizaciones dominan el paisaje, este municipio valenciano nos invita a reflexionar sobre la importancia de los pueblos pequeños y su papel en la preservación de la historia, la cultura y la comunidad.
¿Conocías Llocnou de la Corona? ¿Qué opinas sobre la vida en los pueblos más pequeños de España?