La Feria de la Tomata del Perelló ha finalizado su duodécima edición batiendo todas las expectativas: más de 80.000 visitantes y más de 16.000 kilos de tomate vendidos, según datos de la organización. El evento, celebrado durante tres días, ha convertido a este producto local en el gran protagonista del fin de semana, reafirmando su prestigio por su sabor, textura y calidad.
El éxito de un producto de proximidad
El tomate del Perelló, en sus diferentes variedades —valenciana, rosa y cherry—, ha demostrado una vez más por qué es considerado uno de los productos más emblemáticos de la huerta valenciana. Según explicó el concejal de Turismo del Perelló, Joaquín Collado, el 80 % de los tomates vendidos fueron de la variedad valenciana, mientras que el 20 % restante correspondió a otras variedades.
“Creemos que superaremos los 16.000 kilos del año pasado. Ha sido un éxito rotundo”, afirmó Collado, quien también destacó el esfuerzo de la cooperativa local, encargada de abastecer el evento con una producción anual cercana a los 800.000 kilos de tomate.
Un punto de encuentro para la gastronomía
La feria no solo ha sido un escaparate para la venta directa del producto, sino también una oportunidad para poner en valor su versatilidad en la cocina. Este año se habilitó por primera vez un espacio gastronómico donde chefs y productores mostraron las múltiples posibilidades culinarias de la tomata del Perelló, desde platos tradicionales hasta propuestas más innovadoras.
Producto de kilómetro cero
Visitantes de toda la Comunitat Valenciana se acercaron al Perelló para comprar directamente del productor, apoyando así el modelo de kilómetro cero y la economía local. La feria se ha consolidado como un evento que no solo celebra un producto agrícola, sino también una forma de vida basada en la sostenibilidad, la tradición y el orgullo por lo autóctono.
Con una organización impecable y una respuesta masiva del público, la Feria de la Tomata del Perelló se reafirma como una cita clave del calendario agroalimentario valenciano, convirtiéndose en toda una fiesta para el campo y la cocina.