Bubota: el fantasma que ronda los cruces y cementerios
Las historias de apariciones y espíritus forman parte del imaginario popular de numerosas culturas. En la Comunitat Valenciana y en las Islas Baleares existe un personaje que, generación tras generación, se ha mantenido vivo en relatos orales y rondallas: la Bubota, un fantasma vinculado a cruces de caminos, cementerios y lugares solitarios.
Un espíritu arraigado en la tradición popular
La Bubota es una de las leyendas urbanas más conocidas del ámbito valenciano y mallorquín. Se la describe como un espíritu capaz de aparecerse en zonas solitarias, especialmente en cruces de caminos o junto a cementerios, donde —según la tradición— acecha a los vivos. La única forma de librarse de ella sería rezar o cantar la Salve, gesto que ahuyenta temporalmente su presencia.
En valenciano, el término bubota tiene dos significados: por un lado, un ninot o espantajo usado para ahuyentar pájaros; por otro, una aparición o figura espectral asociada a personas fallecidas, un sinónimo claro de fantasma.
Cómo se aparece la Bubota
La iconografía popular la presenta como una figura incorpórea envuelta en una gran sábana blanca que cubre cabeza, brazos y cuerpo. Habitualmente permanece inmóvil en un punto determinado, invisible para la mayoría, hasta que decide manifestarse. Cuando lo hace, flota sobre el suelo y deja tras de sí un rastro casi transparente que provoca escalofríos.
En algunas localidades se cree que la Bubota se manifiesta especialmente cuando alguien se detiene a rezar cerca del cementerio. De pronto, aparece tras la persona para asustarla, desapareciendo únicamente si esta reza en voz alta.
La Bubota en las rondallas de Mallorca
El folclorista Mossén Antoni Maria Alcover, bajo el seudónimo de Jordi des Racó, recogió varias historias protagonizadas por estas criaturas. Una de las más conocidas es La bubota blanca de Consell, donde un campesino miedoso es engañado por tres jóvenes, uno disfrazado de bubota con camisa blanca y el rostro cubierto de estopa. Como en muchas historias, la mezcla de humor, miedo y superstición se entrelaza en un relato que refleja las creencias populares de la época.
Bubotas de contrabando: la leyenda se cruza con la picaresca
Durante la posguerra española surgió otra variante: los bubots de contrabando. Se contaba que algunos contrabandistas hacían pactos con estos espectros para espantar a posibles guardias o vigías. De este modo podían seguir con sus actividades sin miedo a perder mercancía o ser detenidos. Con el tiempo, estas figuras fueron imitadas por personas que, a cambio de parte del beneficio, se disfrazaban de fantasma para ayudar a los contrabandistas.
El Bubú o Bubota Negra
Otra versión popular es la del Bubú, conocido también como Bubota Negra. A diferencia de la imagen blanca tradicional, este espectro se representaba como un ninot completamente negro, utilizado especialmente para asustar a los niños. Su aspecto era tan inquietante que se convirtió en uno de los personajes más temidos de las rondallas baleares.
Apariciones modernas: relatos que aún perduran
Aunque muchos consideran estas historias como parte del patrimonio legendario, existen personas que aseguran haber visto a la Bubota incluso en tiempos recientes. Uno de estos testimonios describe la aparición de un espectro casi transparente en un camino de Mallorca, que se elevó sobre el suelo dejando jirones de sombra a su paso. Según el relato, durante una semana la pareja que lo presenció experimentó escalofríos a la misma hora en que ocurrió el suceso.
Estas narraciones, transmitidas en mercados, bares y pueblos pequeños, mantienen viva una figura que forma parte del imaginario colectivo de la región. Un personaje que se mueve entre el miedo, el folclore y la fascinación por lo desconocido.
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