¡Alerta en la Albufera! El pescador que casi abre una pescadería con una mascletà de llisas

18 octubre, 2024
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Nelo, un pescador de la Albufera de Valencia, vivió el equivalente a un día de rebajas, pero con llisas voladoras. En cuestión de minutos capturó 700 kilos de pescado mientras cientos de peces saltaban como si estuvieran en el festival de Fallas. La pesca, con espectáculo incluido, dejó a todos boquiabiertos.

Hay días en los que salir a pescar te puede deparar grandes sorpresas. Lo que no esperaba Nelo, pescador profesional y valenciano de pura cepa, es que su jornada rutinaria de faena en la Albufera se convirtiera en una auténtica función de circo acuático, con miles de llisas (mújoles para los menos valencianos) haciendo saltos dignos de medalla olímpica. Como él mismo describió, “parecía una mascletà”, solo que esta vez los cohetes eran peces y, en vez de pólvora, lo que llovía era pescado fresco. Y del bueno, ¡oiga!

“No sabía si sacar la red o el paraguas”

Todo empezó como una mañana normal. Nelo, acostumbrado a lidiar con las aguas tranquilas de la Albufera, salió con su barquita y sus redes en busca de la pesca del día. Lo que jamás imaginó es que, en cuestión de minutos, la Albufera se convertiría en el escenario de lo que podría haber sido la versión acuática de Tiburón, pero sin tiburones (gracias a Dios) y con muchos, pero muchos peces, que no dudaron en lanzarse literalmente sobre él.

“Al principio pensé que se me había roto el motor y que las vibraciones estaban volviendo locos a los peces”, relataba Nelo mientras mostraba orgulloso los 700 kilos de llisas que había capturado en lo que parecía más una fiesta que una jornada de pesca. “No daba crédito, no sabía si ponerme a pescar o simplemente abrir la boca y esperar a que alguna llisa decidiera aterrizar directamente en mi barca”.

15 toneladas de pescado en modo “¡Sálvese quien pueda!”

Lo de Nelo no fue una simple buena racha. No, amigos, esto fue la Champions League de la pesca. Según sus cálculos (que, por cierto, coinciden con los de los biólogos que estudian estos fenómenos), en total había más de 15.000 kilos de llisas en esa zona de la Albufera. ¡15 toneladas de pescado! Eso no es una pesca, es una invasión acuática. Si Nelo hubiera tenido una barca más grande, probablemente ahora estaría inaugurando su propia cadena de pescaderías.

Pero claro, su humilde embarcación no daba para tanto. Aún así, entre risas y algún que otro gesto de incredulidad, logró hacerse con 700 kilos de pescado en un abrir y cerrar de redes. “Menos mal que me dejé la nevera vacía en casa”, comentó, “porque si no, no habría dónde meter tanto pescado”. Y es que el pobre Nelo estaba preparado para una pesca normal, no para lo que más bien parecía el casting de Buscando a Nemo 3.

El misterio de los peces saltarines

Ahora bien, más allá del espectáculo digno de Discovery Channel, la pregunta que todos nos hacemos es: ¿por qué saltaron los peces de esa manera? ¿Fue un arranque espontáneo de locura colectiva o simplemente las llisas estaban entrenando para alguna competición secreta de salto acuático?

Según Matthieu Lassalle, un experto en fauna que claramente sabe más de peces que cualquier valenciano de a pie, las llisas no están locas. De hecho, saltar fuera del agua es una estrategia de supervivencia que utilizan para deshacerse de parásitos y, de paso, despistar a los depredadores. Pero lo que probablemente hizo que la situación se descontrolara fue el motor de la barca de Nelo. “Las vibraciones seguramente las asustaron”, explica Lassalle, “y al entrar en pánico, se lanzaron todas a saltar como si fueran cohetes en Fallas”.

Lo que suena como una explicación científica perfectamente lógica no quita que, en la práctica, lo que vivió Nelo fuera un desmadre total. “¿Quién iba a pensar que mi motorcito iba a montar semejante jaleo?”, comentaba entre risas el pescador. Lo que está claro es que las llisas decidieron hacerle la tarde más interesante, aunque todavía no sabemos si lo hicieron por diversión o porque, simplemente, se asustaron tanto que optaron por intentar volar.

De la Albufera a las redes (sociales, no de pesca)

Por supuesto, lo que pasa en la Albufera no se queda en la Albufera. En cuanto Nelo subió el vídeo de su particular “lluvia de pescado”, las redes sociales explotaron casi tanto como los peces. El vídeo se hizo viral en cuestión de horas, y los comentarios no tardaron en llegar. “¡Esto sí es pesca milagrosa!”, decía uno de los usuarios de TikTok, mientras otro bromeaba: “Nelo, pásame la receta de cómo pescar sin hacer ni el mínimo esfuerzo”.

Y es que en tiempos de influencers y desafíos virales, Nelo ha encontrado sin querer un nicho: la pesca extrema. Aunque en su caso, el esfuerzo no estuvo tanto en pescar, sino en no ser golpeado por una llisa saltarina en la cabeza. Pero bueno, el mérito está en estar en el lugar adecuado en el momento justo, y Nelo, sin duda, lo estaba.

¿El futuro de la pesca? Cohetes de llisas y barcas con techo

Ahora bien, después de esta experiencia, Nelo probablemente se esté replanteando dos cosas: primero, si instalar un techo a su barca para evitar futuras lluvias de pescado; y segundo, si debería empezar a cobrar entrada por el espectáculo, porque no todos los días puedes ver una mascletà acuática gratuita.

Mientras tanto, los pescadores de la zona ya están afilando sus redes y rezando por vivir algo similar. “Yo solo quiero la mitad de lo que le pasó a Nelo”, decía uno de sus compañeros de faena, que no ha tardado en buscar una excusa para salir más veces a pescar, “aunque con un poco menos de salto, que uno ya tiene una edad”.

Y tú, ¿qué harías si te llovieran peces?

Querido lector, ahora que conoces esta historia digna de los anales de la pesca valenciana, ¿cómo reaccionarías si, de repente, te vieras rodeado por cientos de peces saltando en tu dirección? ¿Te esconderías o sacarías la sartén y el aceite? Porque, visto lo visto, a lo mejor Nelo acaba patentando un nuevo método de pesca donde los peces se pescan a sí mismos. Lo que está claro es que, después de esto, en la Albufera ya nada será lo mismo… bueno, o al menos no para los peces.

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