Castillo de Santa Barbara de Alicante historia leyendas y guia completa para tu visita 2

Castillo de Santa Bárbara de Alicante: historia, leyendas y guía completa para tu visita

28 noviembre, 2025
by

Castillo de Santa Bárbara de Alicante: historia, leyendas y guía completa para tu visita

Dominando la bahía y la ciudad desde la cima del monte Benacantil, a 166 metros de altura sobre el mar, el Castillo de Santa Bárbara es mucho más que una estampa icónica en el horizonte de Alicante. Es una fortaleza con más de mil años de historia, escenario de guerras, asedios, explosiones, reformas, leyendas de amor y, en las últimas décadas, uno de los grandes miradores turísticos del Mediterráneo.

Su posición estratégica, asomada directamente al mar, permitía controlar tanto el tráfico marítimo como las vías terrestres del entorno. Por esa razón, diferentes culturas eligieron este promontorio para asentarse y defender la ciudad: desde el mundo islámico medieval hasta la monarquía hispánica de los Austrias y los Borbones. Hoy, totalmente rehabilitado, el castillo es un espacio cultural abierto al público, con exposiciones, rutas interpretativas, visitas guiadas y una panorámica de 360 grados sobre Alicante, su puerto y las montañas interiores.

Un enclave privilegiado sobre el monte Benacantil

El Castillo de Santa Bárbara se alza sobre el monte Benacantil, una mole rocosa que desciende casi a plomo sobre la playa del Postiguet. Desde sus terrazas se domina toda la bahía, desde la zona de la Torre del Charco hasta el cabo de Santa Pola, así como el llano interior en dirección hacia la huerta y las sierras del entorno. Esa combinación de altura moderada y difícil acceso lo convirtió en un lugar clave para vigilar el horizonte y controlar tanto las rutas comerciales como las posibles incursiones enemigas.

En las laderas del Benacantil se han documentado restos arqueológicos de la Edad del Bronce, época ibérica, romana y tardorromana, lo que demuestra que el enclave fue utilizado de forma recurrente mucho antes de la construcción de la fortaleza medieval.

Orígenes islámicos: de Laqant a la alcazaba

Tras el pacto de Teodomiro con Abd al-Aziz en el año 713, la antigua ciudad romana de Lucentum pasó a manos musulmanas y adoptó el nombre de Laqant. Sobre la cima del Benacantil se levantó una primera alcazaba islámica, conocida en las fuentes árabes como Hins Laqant, que protegía la población y controlaba el litoral. :contentReference[oaicite:4]{index=4}

Los geógrafos medievales describen ya en los siglos X y XII un castillo encaramado a una montaña de ascenso penoso pero de gran fuerza defensiva, desde la cual se extendían otras sierras con numerosas villas. Aunque las sucesivas reformas han borrado casi toda la arquitectura visible de época islámica, las excavaciones arqueológicas han recuperado cerámicas y materiales que confirman este primer periodo de ocupación.

La conquista cristiana y el nombre de Santa Bárbara

El 4 de diciembre de 1248, día de la festividad de Santa Bárbara, las tropas cristianas encabezadas por el infante Alfonso de Castilla (futuro Alfonso X el Sabio) tomaron la fortaleza, entonces en manos musulmanas. Desde ese momento, el castillo adoptó el nombre de la santa que aún conserva.

A finales del siglo XIII, en el contexto de las luchas entre las coronas de Castilla y Aragón, el rey Jaime II se hizo con el control definitivo de la plaza. Una de las leyendas más conocidas de este episodio es la del castellano Nicolás Peris, que habría defendido la fortaleza hasta el último momento y, según la tradición, fue hallado muerto con la espada en una mano y las llaves del castillo en la otra, imposibles de arrancar. Desde entonces, algunas noches de luna llena, se dice que su fantasma recorre las murallas haciendo sonar ese manojo de llaves. :contentReference[oaicite:7]{index=7}

El castillo medieval y sus recintos

Durante la Baja Edad Media, el Castillo de Santa Bárbara funcionó como una alcazaba compleja, con diferentes recintos escalonados adaptados a la topografía del monte:

  • La Alcazaba o “Macho del Castillo”: la cota más alta, donde se situaban los elementos defensivos principales y la antigua alcazaba islámica.
  • El Albacar d’Enmig: un espacio abierto protegido por una muralla con varias torres (Cap Cerver, Colomer, Santa Catalina, Sant Jordi), donde podían refugiarse los habitantes de la villa junto con el ganado y las reservas de trigo.
  • El Albacar Vell: un recinto inferior, también protegido por murallas y torreones, que ampliaba la capacidad defensiva del conjunto.

En los documentos del siglo XV aparecen descritas numerosas dependencias propias de un castillo medieval: palacio, iglesia, aljibes, almacenes, cocina, establos, hospital, molinos, hornos y otros espacios de servicio que daban vida a esta auténtica ciudad fortificada.

Las grandes reformas renacentistas: Felipe II y la fortaleza moderna

La gran transformación del castillo se produjo en el siglo XVI, en pleno auge de la monarquía hispánica. Ante la amenaza de ataques turcos y el control estratégico del Mediterráneo, Carlos I ordenó reforzar las defensas de Alicante; pero sería su hijo Felipe II, asesorado por ingenieros italianos, quien convertiría el Castillo de Santa Bárbara en una moderna fortaleza artillada.

Entre 1562 y 1580 se llevaron a cabo obras de gran envergadura, dirigidas por especialistas como Juan Bautista Antonelli y Jorge Palearo “El Fratín”. Se ampliaron los recintos, se levantaron baluartes y se adaptó la estructura a las nuevas técnicas de guerra basadas en la artillería. Algunos de los elementos más destacados de este periodo son:

  • La Gran Tenaza, que refuerza el frente hacia el mar.
  • Los baluartes de la Reina y de Santa Ana, piezas clave del sistema abaluartado.
  • El Patio de Armas, alrededor del cual se organizan el Cuartel de la Tropa (Salón Felipe II), el Cuerpo de Guardia, la antigua ermita de Santa Bárbara, el horno de pan, las cocinas y el gran aljibe capaz de almacenar hasta un millón de litros de agua de lluvia.
  • La Tahona o antiguo molino de harina, donde se utilizaba la fuerza animal para mover las ruedas de piedra y moler el grano, recreada en los materiales divulgativos del castillo. :contentReference[oaicite:13]{index=13}

El objetivo era claro: que, en caso de asedio, el castillo pudiera funcionar como un pequeño pueblo autosuficiente, capaz de abastecer durante semanas a la guarnición y a la población refugiada.

La Guerra de Sucesión y la espectacular explosión de la mina

Uno de los episodios más dramáticos de la historia del Castillo de Santa Bárbara tuvo lugar durante la Guerra de Sucesión (1701-1714), cuando las potencias europeas se enfrentaron por el trono de España. Alicante fue un escenario clave, y la fortaleza cambió de manos entre partidarios del archiduque Carlos y del futuro Felipe V.

En 1706, tras un intenso bombardeo, las tropas inglesas y holandesas ocupan la ciudad y el castillo. Años después, el general borbónico D’Asfeld diseña una audaz estrategia: minar la fortaleza desde el exterior, excavando un túnel bajo las murallas y cargándolo con una enorme cantidad de pólvora. Pese a advertir al comandante inglés Richard de la existencia de la mina, este no se rindió.

El 4 de marzo de 1709 la carga explotó, provocando un estruendo que arrancó grandes bloques del Benacantil y los proyectó sobre la ciudad. Murieron el propio Richard y varios defensores, y parte del castillo quedó destruida, aunque la fortaleza no fue arrasada por completo. Finalmente, en abril de 1709, la guarnición inglesa se vio obligada a abandonar la posición, y Alicante pasó definitivamente al bando borbónico.

Del uso militar a prisión y monumento

Entre los siglos XVIII y XIX, el castillo fue perdiendo poco a poco su importancia militar. La aparición de nuevas técnicas de guerra y artillería lo dejó obsoleto como fortaleza defensiva. Sin embargo, sus dependencias fueron reutilizadas como prisión militar y política, albergando tanto reclusos anónimos como figuras destacadas de la vida política española. :contentReference[oaicite:16]{index=16}

En 1893, se ordenó su desartillado y el castillo quedó definitivamente sin función militar. Durante las primeras décadas del siglo XX se utilizó como alojamiento de enfermos de cólera y de mendigos, y más tarde volvió a tener uso carcelario durante la Guerra Civil y la posguerra, como recuerdan los grafitis y fechas grabados por los presos en algunos de sus muros.

En 1961 fue declarado Monumento Histórico-Artístico y, a partir de los años sesenta, comenzó un proceso de rehabilitación que lo transformó en el espacio cultural y turístico que se puede visitar hoy.

El ascensor del castillo y la apertura al público

El acceso al monte Benacantil siempre fue complicado. Para facilitar la llegada de visitantes, en 1963 se inauguraron los ascensores del castillo, que recorren más de 140 metros de roca desde un túnel abierto en la avenida de Jovellanos, justo frente a la playa del Postiguet. En apenas medio minuto se salva el desnivel hasta las cotas superiores de la fortaleza, lo que convirtió al monumento en un atractivo accesible para turistas y vecinos.

Hoy el castillo funciona como un gran mirador cultural: cuenta con salas expositivas, recorridos señalizados, audioguías, rutas temáticas y espacios museísticos agrupados en el proyecto MUSA (Museo de la Ciudad de Alicante), que utiliza distintos edificios para narrar la historia local y del propio recinto.

Qué ver en el Castillo de Santa Bárbara: recintos y puntos de interés

La visita al castillo se organiza habitualmente en tres grandes recintos escalonados, cada uno con sus propios hitos arquitectónicos y miradores.

1. Recinto superior: la Torreta y el Macho del Castillo

  • Macho del Castillo: la explanada más elevada, donde se situaba la antigua alcazaba y desde donde se obtienen las mejores vistas panorámicas de Alicante.
  • Torre del Homenaje y estructuras medievales: vestigios de los basamentos de los siglos XI al XIII, relacionados con la primitiva fortaleza islámica y cristiana. :contentReference[oaicite:22]{index=22}
  • Casa del Gobernador: hoy integrada en el circuito museográfico, formaba parte de las dependencias principales durante la etapa moderna.

2. Recinto intermedio: Patio de Armas y dependencias de Felipe II

  • Patio de Armas: corazón del castillo renacentista, rodeado por el Cuartel de la Tropa (Salón Felipe II), el Cuerpo de Guardia, la antigua ermita y otros edificios de servicio.
  • Ruinas de la ermita de Santa Bárbara: levantada en el siglo XVIII en honor a la patrona del castillo, de la que hoy se conservan restos muy visibles.
  • Aljibes y sistemas de agua: cisternas y depósitos que permitían almacenar grandes cantidades de agua de lluvia para soportar largos asedios.
  • Tahona y antiguos hornos: espacios donde se molía el grano y se elaboraba el pan para la guarnición, explicados en los paneles didácticos y materiales infantiles del castillo.

3. Recinto inferior: Revellín del Bon Repós y accesos

  • Revellín del Bon Repós: gran explanada defensiva del siglo XVIII que hoy funciona como aparcamiento y espacio de recepción de visitantes.
  • Murallas y baluartes modernos: conjunto de defensas que reutilizan el trazado anterior y refuerzan el castillo frente a posibles ataques artilleros.
  • Acceso a pie, en vehículo o por ascensor: desde esta zona se conectan los caminos que suben desde la ciudad y las áreas señalizadas para autobuses y visitantes con movilidad reducida.

La leyenda de la Cara del Moro

Además de su historia bélica, el Castillo de Santa Bárbara está rodeado de leyendas. La más conocida es la de la Cara del Moro, ese perfil humano que parece dibujarse en la roca del Benacantil cuando se observa desde la playa del Postiguet. :contentReference[oaicite:27]{index=27}

Según la tradición, hace siglos vivía en el castillo un rey árabe con una hija de belleza extraordinaria llamada Cántara. Dos jóvenes, Ali y Almanzor, se enamoraron de ella. El padre decidió que ambos debían ganarse su mano: mientras Almanzor partió hacia Oriente a traer riquezas y especias, Ali permaneció junto a Cántara, conquistando su corazón con poemas y paseos por las laderas del monte.

Cuando Almanzor regresó cargado de tesoros, el rey se vio obligado a cumplir su palabra y prometérsela a él. Desesperada, Cántara se arrojó desde la cima del Benacantil, y Ali, incapaz de vivir sin ella, la siguió. Se dice que, al caer, sus cuerpos moldearon el perfil de la montaña hasta formar ese rostro melancólico que aún hoy mira hacia el mar. De la unión de sus nombres, Ali y Cántara, nacería el topónimo Alicante, grabando para siempre su historia de amor en la geografía de la ciudad. :contentReference[oaicite:28]{index=28}

Consejos para disfrutar de la visita

  • Subida: puedes acceder en ascensor desde la avenida de Jovellanos (frente al Postiguet) o subir a pie por las rutas señalizadas desde el casco antiguo.
  • Horarios y salas: el castillo abre todos los días con horario amplio, con variaciones entre invierno y verano. Conviene consultar el horario actualizado y la programación de exposiciones y actividades en los canales oficiales antes de la visita. :contentReference[oaicite:29]{index=29}
  • Calzado cómodo: el interior del recinto tiene rampas, escaleras y pavimento irregular; unas buenas zapatillas harán la visita más agradable.
  • Miradores: no te pierdas las vistas desde el Macho del Castillo y desde los baluartes que miran al puerto y a la playa del Postiguet, especialmente al atardecer.
  • Visitas familiares: el castillo cuenta con paneles ilustrados, audioguías y materiales pensados para los más pequeños, que ayudan a entender las distintas épocas de la fortaleza de forma amena.

Entre murallas, túneles, patios y miradores, el Castillo de Santa Bárbara sigue siendo hoy el gran guardián de Alicante. Visitarlo es recorrer, en apenas unas horas, más de mil años de historia mediterránea condensada en una sola montaña junto al mar.

Etiquetas:

No hemos podido validar su suscripción.
Se ha realizado su suscripción.

Newsletter

Suscríbase a nuestra newsletter para recibir nuestras novedades.

Usamos Brevo como plataforma de marketing. Al enviar este formulario, aceptas que los datos personales que proporcionaste se transferirán a Brevo para su procesamiento, de acuerdo con la Política de privacidad de Brevo.

rotllet de catalines
Previous Story

La tradición de Les Catalinetes: historia, receta y la huella de Santa Catalina en Sueca

barrio de santa cruz alicante 1
Next Story

El barrio de Santa Cruz: el balcón blanco y florido de Alicante

Latest from Lugares

Go toTop

Don't Miss