Sanmartín es la primera mujer en el Tribunal de las Aguas de Valencia
 
  
  
 
Valencia, 30 de octubre de 2025. Mireia Sanmartín ha hecho historia al convertirse en la primera mujer en participar como juez en una sesión del Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia, en su condición de subsíndica de la Acequia de Quart.
El acto, celebrado en la Puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia, contó con la presencia de José Soria, presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunidad Valenciana (FECOREVA) y síndico de la Acequia de Mislata.
Una mujer de raíces agrícolas
Sanmartín es subsíndica tras haber sido elegida en la última junta general, cumpliendo el doble requisito de ser propietaria de tierras y vecina de Quart de Poblet. Ante la ausencia del síndico titular, ha asumido el papel de juez en la sesión de este jueves, protagonizando un momento histórico.
Hija y nieta de agricultores y regantes, Mireia ha estado vinculada desde niña a las labores del campo y al conocimiento de las normas tradicionales de riego. Aunque actualmente ejerce como economista, no se descarta que en futuros bienios pueda ser elegida como síndica titular.
Hito en una institución milenaria
La participación de Mireia Sanmartín marca un hito en la tradición del Tribunal de las Aguas, una institución milenaria reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Durante siglos, el Tribunal ha estado integrado exclusivamente por hombres. Su presencia rompe esa tradición, abriendo la puerta a una representación femenina en las instituciones del regadío de la Comunitat Valenciana.
El símbolo del progreso sin renunciar a la tradición
La participación de Sanmartín simboliza también el papel que las mujeres han desempeñado históricamente en la agricultura y el mantenimiento de la huerta valenciana. Este hecho refuerza el vínculo entre tradición y progreso, demostrando que las costumbres más antiguas pueden adaptarse a los valores contemporáneos sin perder su esencia.
El gesto, sencillo pero trascendente, muestra cómo una institución con más de mil años de historia sigue siendo capaz de evolucionar sin romper con su identidad. Un ejemplo de continuidad y renovación que consolida el legado del regadío valenciano ante las generaciones futuras.
 
             
             
                     
                     
                             
                             
                             
                            