Una reina entre Castilla y Aragón
Violante de Aragón, hija de Jaime I el Conquistador y de Violante de Hungría, nació hacia 1236 en el seno de la poderosa Corona de Aragón. Criada en un ambiente de corte, diplomacia y expansión mediterránea, desde pequeña estuvo destinada a cumplir un papel estratégico dentro de las alianzas políticas de su tiempo.
En 1249, siendo todavía muy joven, se casó con Alfonso X el Sabio, rey de Castilla y León. El enlace unía dos de los reinos más influyentes de la península ibérica: Aragón y Castilla. Así, Violante de Aragón se convirtió en reina consorte de un monarca brillante y culto, pero también de carácter complejo y enfrentado a parte de su propia nobleza.
Madre de un heredero: Fernando de la Cerda
De su matrimonio con Alfonso X nacieron varios hijos, pero el más importante fue Fernando de la Cerda, llamado así por haber nacido en la ciudad de Valladolid, cuando su madre tuvo un parto inesperado en medio de un viaje, en presencia de una piel de ciervo (cerda).
Fernando de la Cerda estaba llamado a heredar el trono de Castilla. Su crianza fue cuidada, su formación exquisita, y su posición dinástica parecía incuestionable.
Pero en 1275 la tragedia cambió el destino de Violante. Su hijo Fernando murió repentinamente en Villa Real (actual Ciudad Real), dejando dos hijos menores de edad: Alfonso y Fernando de la Cerda. Según las leyes de sucesión, estos nietos de Violante eran los herederos legítimos al trono.
El conflicto sucesorio: Violante contra su marido y su hijo
Tras la muerte de Fernando de la Cerda, parte de la nobleza castellana, deseosa de un rey adulto que pudiera gobernar con firmeza en tiempos de inestabilidad, apoyó al infante Sancho, hijo menor de Alfonso X y Violante, como sucesor directo.
Violante de Aragón no dudó: defendió con firmeza los derechos legítimos de sus nietos. Esto la llevó a enfrentarse abiertamente no solo a su esposo, Alfonso X, sino también a su propio hijo Sancho, en uno de los conflictos familiares y políticos más tensos de la historia de Castilla.
Defender los derechos sucesorios de los de la Cerda la convirtió en una figura incómoda y peligrosa dentro de la corte castellana.

El exilio en Aragón y la ruina económica
En 1278, viendo que en Castilla no tenía el respaldo necesario, Violante de Aragón decidió huir junto a su nuera Blanca de Francia y sus nietos Alfonso y Fernando de la Cerda a la Corona de Aragón, buscando ayuda política en las tierras de su padre.
Sin embargo, los tiempos habían cambiado. El apoyo que esperaba fue limitado. Su hermano Pedro III el Grande, aunque la recibió, no quiso enemistarse abiertamente con Castilla por un conflicto sucesorio ajeno.
El exilio fue devastador para Violante. Tuvo que mantener a su familia con sus propios recursos, endeudándose hasta límites extremos. Agotada y sin apoyos sólidos, regresó a Castilla en 1279 sin haber conseguido su objetivo.
Una vida en el olvido
Tras la muerte de Alfonso X en 1284, Sancho IV subió al trono. Aunque oficialmente mostró respeto hacia su madre, la realidad fue otra: Violante de Aragón fue apartada de la corte, vivía vigilada, sus movimientos controlados y sus rentas limitadas.
En 1295, al morir Sancho IV y quedar su hijo Fernando IV bajo la regencia de María de Molina, Violante hizo un último intento por reactivar los derechos dinásticos de sus nietos. Pero la regente fue hábil y contundente: impidió cualquier intento de Violante por recuperar influencia.
Muerte y legado
Violante de Aragón murió hacia el año 1300, en el más absoluto olvido y sin reconocimiento oficial. Se cree que pasó sus últimos años en Galicia, donde fundó y protegió el convento de Santa Clara de Allariz (Ourense), dejando allí sus últimos bienes y su memoria espiritual.
Su sepultura exacta no se conoce con certeza, ya que no recibió honores funerarios dignos de su rango.
Un ejemplo de valentía y dignidad
Hoy, la figura de Violante de Aragón es recordada como la de una mujer valiente, culta y decidida, que luchó por la justicia dinástica en un mundo gobernado por hombres y marcado por la ley del más fuerte.
Su legado es el de una reina madre que defendió los derechos de sus nietos hasta las últimas consecuencias. Una mujer que desafió a reyes, nobles y costumbres medievales, enfrentándose incluso a su propio esposo y a su hijo, por lo que consideraba justo.
Su historia es un reflejo de la dureza de la política medieval, pero también del coraje y la determinación de una reina que nunca renunció a sus principios.
Violante de Aragón y el conflicto familiar que la relegó al olvido

Una reina silenciada por defender lo justo
Violante de Aragón, hija de Jaime I el Conquistador y de Violante de Hungría, fue reina consorte de Castilla tras casarse en 1249 con Alfonso X el Sabio. Educada para las alianzas políticas y con una posición privilegiada, su vida estuvo marcada por un antes y un después: la muerte de su hijo Fernando de la Cerda en 1275.
El conflicto por la sucesión
Tras la muerte de Fernando de la Cerda, heredero al trono de Castilla, Violante se enfrentó a su propio marido y a su hijo Sancho IV, defendiendo los derechos de sus nietos —los infantes de la Cerda— como legítimos sucesores. Este acto de rebeldía política la convirtió en una figura incómoda en la corte castellana.
El exilio en Aragón y el aislamiento
En 1278, Violante huyó a la Corona de Aragón con su nuera Blanca de Francia y sus nietos, en busca de apoyo. Sin embargo, regresó en 1279 a Castilla sin haber conseguido respaldo, endeudada y marginada. Tras la muerte de Alfonso X y el ascenso de Sancho IV, Violante vivió apartada de la corte, con recursos limitados y bajo vigilancia constante.
Un final lejos de la corte y del recuerdo
En sus últimos años, fiel a su devoción franciscana, fundó el convento de Santa Clara de Allariz (Ourense), donde legó sus últimas pertenencias y buscó refugio espiritual. No está claro si fue finalmente enterrada allí, ya que no se conserva ni su sepulcro ni una memoria visible de la reina.
El legado olvidado de Violante de Aragón
Violante fue una mujer que desafió a los hombres más poderosos de su tiempo, defendiendo la legitimidad y el derecho sucesorio de sus nietos frente a la política de conveniencia de su marido y su hijo.
Su valentía, su firmeza y su defensa de la justicia dinástica quedaron enterradas bajo el olvido histórico y la narrativa oficial. Hoy, sin embargo, su historia vuelve a ocupar el lugar que merece: el de una reina que eligió la dignidad, la memoria y la justicia por encima del poder.
Cronología de Violante de Aragón (1236 – 1300)

1236 – Nace Violante de Aragón
Hija de Jaime I de Aragón y Violante de Hungría. Nace dentro de la Corona de Aragón, destinada a ser pieza clave en alianzas políticas.
1249 – Matrimonio con Alfonso X el Sabio
Se casa con el rey de Castilla y León, uniendo las casas reales de Aragón y Castilla.
1255 – Nace su hijo Fernando de la Cerda
Heredero legítimo al trono de Castilla.
1275 – Muere Fernando de la Cerda
Tragedia personal y política. Se abre un conflicto sucesorio: Violante defiende a sus nietos Alfonso y Fernando de la Cerda.
1278 – Exilio a Aragón
Huida de Violante junto a su nuera Blanca de Francia y sus nietos a tierras de su padre, buscando apoyo.
1279 – Regreso a Castilla
Sin apoyos efectivos y arruinada, regresa a Castilla, donde es marginada y controlada.
1284 – Muere Alfonso X
Accede al trono Sancho IV, enfrentado a Violante. Ella queda apartada de la política.
1295 – Muere Sancho IV
Violante intenta defender de nuevo los derechos de sus nietos, pero fracasa ante la regente María de Molina.
1300 – Muerte de Violante de Aragón
Muere en Galicia, probablemente en el convento de Santa Clara de Allariz, que había fundado y protegido.