¿Por qué la Montaña de Cullera estuvo 5.000 años deshabitada?

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La Diputación Provincial de Valencia, a través de su Servicio de Investigación Prehistórica, servicio ahora desaparecido, realizó bajo nuestra dirección continuadas investigaciones a partir de los años sesenta del siglo pasado en el término municipal de Cullera, fundamentalmente en su Montaña, donde se guardan los secretos de su remoto pasado, que los arqueólogos del servicio en cuestión fuimos encontrando pacientemente.

            Desde 1966 se conocen los restos ibéricos y romanos extendidos desde el Castell hasta San Antonio en dirección Este y hasta la misma población hacia el Sur, asi como yacimientos del Paleolítico Superior, Eneolítico y de la Edad del Bronce tras las investigaciones arqueológicas que realizamos, y cuyos resultados publicamos en varios libros

            Con el inicio de excavaciones en el Alt del Fort, en 1968, impulsadas por los entusiastas miembros del Centre Cullerenc de Cultura, Srs. His, Costa, Borrás, Bisbal, Giner (entonces Cronista), Torres, Piris, etc., a los que se debe, también, el impulso para que se levantara la actual Casa de Cultura con el Museo Arqueológico y el archivo municipal, se pudo conocer la existencia de una antigua e importante ciudad ibérica, que algunos no dudaron en relacionar con la Sucro de las fuentes clásicas. Importantes infraestructuras defensivas pusimos al descubierto y piezas cerámicas valiosas justificaron intercambios mediterráneos desde los siglos VI y V antes de Cristo.

Por esas mismas fechas comenzamos excavaciones en la Cova del Volcán del Faro de Cullera, yacimiento arqueológico del Paleolítico Superior que se revelaba como uno de los más importantes del Mediterráneo Occidental y que situaba sus orígenes a casi 20.000 años antes de Cristo.

Las continuadas excavaciones que dirigímos en este singular enclave arqueológico, que dejamos debidamente protegido y vigilado, permitieron obtener una secuencia cultural e industrial evolutiva desde el Paleolítico Superior hasta la Edad del Bronce Valenciano, con vacío poblacional durante buena parte del Mesolítico y Neolítico.

Sus materiales arqueológicos, especialmente su bastón de mando paleolítico, podían admirarse en el Centro Cultural la Beneficencia de la Diputación de Valencia o en el Museo Arqueológico de Cullera (reproducción).

Otros yacimientos, descubiertos e investigados a instancias del Centre Cullerenc de Cultura, permitieron conocer los modos de enterramiento durante el III milenio, Covacha de Ribera, y principios del II, Asilo de Bou; el poblamiento durante la Edad del Bronce, les Oliveretes y la misma Cova del Volcán; el modo de vida durante época tardo-romana en l’Illa.

Con todos los datos extraídos de tantas excavaciones y tras tantos años de trabajo pode escribir la Carta Arqueológica de Cullera, libro que acogió y publicó el Departamento de Historia Antigua de la Universidad de Valencia.Más tarde publicamos el estudio científico completo de la Cova del Volcán en dos volúmenes, uno de texto y el otro con la informacion gráfica documental.

Más tarde, desde 1985, de nuevo se impulsaron las investigaciones arqueológicas, y el arqueólogo municipal, Sr. Martínez Sansó, pudo excavar en el casco urbano y en los alrededores importantes restos romanos.

Gracias a todo ello la evolución histórica, desde los más viejos tiempos paleolíticos hasta los principios del cristianismo, se conoce con cierta precisión, aunque las investigaciones deben continuar para profundizar en su conocimiento y, muy especialmente, para poder conocer una interrogante que todavía no hemos podido contestar: ¿Por qué no hubo población en La Montaña durante el Mesolítico con geométricos hasta el Eneolítico, es decir entre el 8.000 y el 3.000? ¿Por qué se deshabitó durante tan largo periodo de tiempo?.

La explicación nuestra es que hubo el correspondiente ascenso del nivel marino,  a comienzos del Holoceno finalizada la última glaciación, inundándose toda la llanura costera, la actual “terra d’arros“, lo que ocasionó que La Montaña quedara convertida en un islote, rodeada de profundas marjales que impidieran el acceso, haciendo la vida allí insoportable y difícil.

Explicación que tiene puntos débiles y que permiten mantener la pregunta y el enigma.

JOSE APARICIO PEREZ

Dibujos del autor: bastón de mando( magdaleniense) y útiles líticos solutrenses