‘Garfio y la isla del tesoro’: una aventura que vuela alto
El musical “Garfio y la isla del tesoro” nace con una misión clara: reunir a toda la familia alrededor de la risa, el asombro y esa chispa de magia que hace que un cuento siga vivo generación tras generación. Una propuesta teatral luminosa que demuestra que la fantasía también sirve para entender mejor el mundo.

Un cuento infinito que se desordena
Todo comienza cuando el clima del universo de los cuentos se vuelve completamente loco: algunos mundos congelan las ideas, otros las derriten. La fantasía parece estar a punto de desmoronarse.
Para evitar que ese caos lo engulla todo, Peter Pan, el Sombrerero Loco y Gretel buscan respuestas en Merlín, el sabio que siempre parece tener un hilo de magia del que tirar. Tras consultar su caldero, les revela que la solución duerme en un cofre escondido en una isla remota.
Un viaje rumbo a lo desconocido
Para llegar hasta ese misterioso cofre necesitan un barco. Es entonces cuando entra en escena Garfio, tentado por la promesa de grandes riquezas. Y con él, una tripulación que incluye a los espectadores más pequeños, convertidos en grumetes durante la función.
Lo que encuentran en el camino es un desfile de aventuras: la isla de Robinsón, la Bruja del Mar, sirenas capaces de hipnotizar y el temible Plastiferón. Cada parada del viaje suma humor, acción y canciones que envuelven al público en un ambiente festivo y participativo.
Un musical luminoso para todas las edades
Más allá del espectáculo visual, “Garfio y la isla del tesoro” deja un mensaje claro: incluso en los mundos más fantásticos hay desafíos que enfrentamos juntos. Es una historia que combina diversión con aprendizaje, música con imaginación y risas con aventura.
Un musical que no solo entretiene, sino que recuerda a mayores y pequeños que la magia siempre encuentra un camino.
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