El cacahuete valenciano: la sorprendente historia del primer cacahuete de Europa
21 de noviembre de 2025 · Redacción

Pocos lo saben, pero uno de los cultivos más curiosos y singulares de la huerta valenciana es el cacahuete. Lejos de ser un producto reciente, su historia en Europa se entrelaza con la de Valencia, donde encontró el clima perfecto para desarrollarse y donde nació una de sus variedades más apreciadas: el cacahuete del collaret.
El primer cacahuete europeo brotó en la huerta de Valencia
Según recogen distintos testimonios y documentación agraria, la huerta de Valencia fue el primer lugar de Europa donde se plantó cacahuete con éxito. Durante siglos, los agricultores de la zona experimentaron con cultivos procedentes de America, y el cacahuete —o cacauet, como se conoce en valenciano— fue uno de los que mejor se adaptó a la tierra fértil y al clima mediterráneo.
Los regadíos tradicionales, los suelos ligeros y la experiencia acumulada de generaciones de llauradors favorecieron la implantación de este cultivo, que pasó de ser una novedad exótica a convertirse en un producto habitual en mercados y fiestas populares.
La variedad del collaret: un tesoro local con sabor propio
Entre todas las variedades cultivadas, destaca especialmente el cacahuete del collaret, una joya autóctona que conserva todo el sabor tradicional de la huerta. Su nombre hace referencia a la forma característica de la cáscara, con un ligero estrechamiento que recuerda a un pequeño collar.
Qué hace especial al cacahuete del collaret
- Una textura suave y cremosa en el interior.
- Un sabor intenso y natural, fácilmente reconocible frente a otras variedades.
- Alto valor energético, como fuente de grasas saludables y proteínas vegetales.
Durante décadas, el collaret ha sido un acompañante habitual en meriendas, celebraciones familiares y puestos ambulantes. Los agricultores de la huerta lo han mantenido vivo generación tras generación, convirtiéndolo en un símbolo gastronómico y agrícola de la zona.
De Sudamerica a la huerta: el viaje del cacahuete
El cacahuete (Arachis hypogaea) tiene su origen en Sudamerica, especialmente en territorios que hoy corresponden a Peru, Bolivia y Brasil. Civilizaciones precolombinas ya lo cultivaban como alimento energético, fácil de almacenar y muy versátil en la cocina.
Tras la llegada de los europeos a America, el cacahuete fue uno de los productos que despertó mayor interés por su resistencia y sus posibilidades agronómicas. Sin embargo, su adaptación en Europa no fue inmediata ni homogénea: no todos los suelos ni todos los climas lo aceptaron de la misma forma.
Valencia, puerta de entrada del cacahuete en Europa
La huerta de Valencia reunía varios factores clave para el éxito del cacahuete: veranos cálidos, riego controlado, suelos adecuados y una intensa actividad comercial ligada a la llegada de semillas procedentes de ultramar. Diversos documentos agrícolas de los siglos XVIII y XIX ya mencionan la presencia del cultivo en la zona, en un momento en que apenas se conocía en otras regiones europeas.
El dinamismo portuario y mercantil de la ciudad facilitó el intercambio de variedades y el ensayo de nuevos cultivos, de manera que Valencia no solo fue la primera región en cultivarlo con éxito, sino también una de las principales impulsoras de su consumo en la peninsula.
El auge del collaret y su consolidación en el siglo XX
A lo largo del siglo XX, el cacahuete del collaret se consolidó como la variedad más característica de la huerta valenciana. Su excelente sabor, su facilidad de tostado y su buena respuesta a los métodos tradicionales de cultivo lo convirtieron en un producto muy apreciado tanto por agricultores como por consumidores.
Su presencia era habitual en mercados municipales, festividades populares y verbenas, donde el cacahuete tostado formaba parte de la memoria gustativa de varias generaciones. Con el tiempo, la competencia de otras variedades importadas y los cambios en los hábitos de consumo redujeron su protagonismo, pero hoy vive un cierto renacimiento gracias a la revalorización de los productos locales.
Un alimento humilde que forma parte de la memoria colectiva
El cacahuete de la huerta no solo fue un recurso económico para muchas familias, sino también un símbolo del ingenio agrícola valenciano en tiempos de cambio. En paralelo a la introducción de otros cultivos americanos como el tomate, la patata o el pimiento, el cacahuete destacó por su versatilidad, su poder saciante y su capacidad para integrarse en la vida cotidiana.
Su presencia en heladerías, kioscos, puestos ambulantes y meriendas infantiles sigue muy vinculada a recuerdos de infancia y a escenas de barrio que todavía hoy sobreviven en muchos rincones de la ciudad y de los pueblos de lHorta.
Un futuro ligado a la recuperación de variedades tradicionales
En los ultimos años, proyectos de recuperación agrícola y movimientos a favor del consumo de proximidad han vuelto a poner el foco en productos como el cacahuete del collaret. Su carácter local, su historia ligada al territorio y su potencial nutricional encajan con la nueva sensibilidad de consumidores y cocineros.
Chefs, tiendas especializadas y pequeños productores han empezado a reivindicarlo como un ingrediente con identidad propia, capaz de aparecer tanto en elaboraciones tradicionales como en propuestas de cocina contemporanea.
Conclusión
La historia del cacahuete valenciano, y en particular de la variedad del collaret, demuestra que la huerta es mucho más que un paisaje: es un laboratorio vivo donde durante siglos se han ensayado cultivos, sabores e ideas procedentes de todo el mundo. De Sudamerica a los campos de lHorta, el cacahuete ha pasado de ser una curiosidad exótica a un producto con nombre propio en la memoria colectiva valenciana.
Fuentes
- Archivo Municipal de Valencia: documentación agraria de los siglos XVIII y XIX sobre cultivos introducidos desde America.
- Testimonios de agricultores de la huerta y referencias orales recogidas en estudios locales sobre variedades tradicionales.
Etiquetas: cacahuete valenciano, cacahuete collaret, huerta de Valencia, productos locales valencianos, agricultura tradicional, historia gastronómica de Valencia