El Black Friday se adelanta: las tiendas lanzan ofertas una semana antes
Autor: Redaccion
El Black Friday ya no es cosa de un solo día ni de un único fin de semana. Cada vez que se acerca la fecha oficial, las tiendas y las plataformas online se adelantan y convierten noviembre en un mes entero de descuentos. Según los últimos datos, ocho de cada diez consumidores tienen previsto realizar alguna compra durante esta campaña para aprovechar las rebajas.
Mientras las ciudades se preparan para la campaña de Navidad con luces y decoraciones en las calles, el consumo se acelera en paralelo. Las ofertas se dejan ver en escaparates físicos y en banners digitales mucho antes del viernes marcado en el calendario, y el Black Friday se fusiona con el Cibermonday y con las compras navideñas en una única maratón de gasto.
Ofertas adelantadas y consumidores en modo compra
Originalmente, la campaña se concentraba en la última semana de noviembre. Sin embargo, desde hace años las cadenas comerciales han optado por adelantar los descuentos, hasta el punto de que ya es habitual encontrar promociones de Black Friday más de una semana antes.
En los escaparates se acumulan carteles anunciando descuentos agresivos, mientras que las grandes plataformas de comercio electrónico encadenan “semana Black”, “pre Black Friday” y promociones flash. Como explicaba una consumidora, «ayer ya me hicieron un 30% de descuento en dos cosas que vi y me gustaron», una frase que ilustra bien cómo el cliente se ha acostumbrado a comprar antes de la fecha oficial.
Noviembre, diciembre y enero concentran el 30% de las ventas del año
El impacto de esta campaña se nota en la caja. Los meses de noviembre, diciembre y enero concentran alrededor del 30% de las ventas anuales, con dos sectores muy beneficiados: el textil y la tecnología. Ropa, calzado, móviles, tabletas, ordenadores, televisores y pequeños electrodomésticos acaparan buena parte del protagonismo.
El consumidor aprovecha este periodo para adelantar regalos de Navidad y Reyes, renovar dispositivos electrónicos y hacerse con “caprichos” que durante el resto del año parecen menos accesibles. En paralelo, se disparan las búsquedas online de comparativas de precios y de consejos para esquivar las falsas ofertas, un tema que ya se ha tratado en profundidad en reportajes sobre cómo preparar las compras navideñas sin perderse entre promociones y reclamos comerciales.
Logística reforzada: más rutas y más plantillas para llegar a tiempo
Esta anticipación de las ofertas ha obligado a las empresas de logística a adaptarse a los nuevos hábitos de compra. El auge del comercio electrónico y la concentración de pedidos en pocos días hacen que las compañías doblen esfuerzos para poder entregar a tiempo.
Muchas firmas refuerzan sus plantillas y multiplican las rutas de reparto. Tal y como explican desde el sector, en estas fechas es habitual organizar servicios especiales: sacar rutas los domingos para recoger toda la venta online del fin de semana y depositarla el lunes por la mañana en las agencias de destino, con el fin de que el cliente reciba su paquete lo antes posible.
El resultado es un engranaje complejo en el que participan operadores logísticos, transportistas, grandes plataformas, comercio local y puntos de recogida, todos ajustando horarios y turnos para soportar el pico de actividad que se extiende desde el Black Friday hasta después de Reyes.
El lado B del Black Friday: toneladas de envases y residuos
La cara menos amable de este boom de consumo se ve en las plantas de reciclaje. Los embalajes de cartón y plástico de millones de pedidos realizados durante el Black Friday, el Cibermonday y toda la campaña navideña acaban apilados en instalaciones que trabajan al límite de capacidad.
Tonos y toneladas de cajas, sobres acolchados, plásticos protectores y materiales de relleno se procesan para poder volver a entrar en el circuito como nuevos envases. Es la otra cara del consumismo: cada compra implica, además del producto, una huella de residuos que solo se puede minimizar apostando por un consumo más responsable, por pedidos agrupados o por opciones que reduzcan envoltorios innecesarios.
Frente a ello, cada vez más voces reclaman una mirada crítica sobre las compras impulsivas y recuerdan la importancia de priorizar comercio local, productos duraderos y prácticas sostenibles, en sintonía con el tipo de iniciativas que ya se empiezan a ver en campañas y eventos vinculados al consumo responsable en la Comunitat Valenciana, como los que se recogen en artículos de agenda sobre planes de fin de semana y mercados alternativos en Valencia.
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