¿Sabías que en Valencia se fabricó el primer detergente de España? La historia de la Droguería Almenar
17 de noviembre de 2025 – Redacción
La persiana de la Droguería Almenar, en la avenida del Puerto 43, no se levanta desde julio. Con su cierre desaparece uno de los comercios tradicionales más queridos de València y, también, un capítulo sorprendente de la historia industrial del país: aquí se fabricó el primer detergente moderno de España.
Un comercio con más de cien años de historia
Los orígenes de la droguería se remontan a principios del siglo XX, cuando el negocio estaba vinculado al mayorista valenciano Tomás Lechona Bella. Entonces, como muchas droguerías de la época, vendía productos al peso y olía a sosa, perfume y alcanfor.
En los años 50, el padre y la tía de Enrique y Amparo Almenar tomaron las riendas del establecimiento, que no solo era tienda: también incluía almacenes, un corral y una vivienda donde nacieron la mayoría de los ocho hermanos de la familia.
Nació en València el primer detergente español: Plofi
De todas las historias que guarda este comercio, una destaca por su importancia: aquí nació el primer detergente para ropa producido en España. Años antes de que marcas como Norit o Tu-tú llegaran al mercado, la Droguería Almenar lanzó un producto revolucionario llamado Plofi.
El envase original prometía “rapidez, comodidad y economía”, e imitaba procedimientos modernos utilizados ya en otros países. Era, sin saberlo, un avance industrial pionero en España.
El obstáculo que frenó un invento adelantado a su tiempo
Pese al potencial, Plofi no pudo convertirse en una producción industrial. El Estado denegó los permisos para construir una fábrica en València; la normativa exigía que este tipo de industria solo podía instalarse en Madrid o Barcelona. Aquella decisión truncó un proyecto que habría colocado a la ciudad en el mapa de la industria química nacional.
Aun así, la familia lo comercializó a nivel local y llegó a producir versiones especiales, como un detergente para ropa oscura utilizado por un convento cercano.
Fabricación artesanal y trabajo familiar
La elaboración de Plofi se hacía de forma completamente artesanal: un bombo de madera que se giraba a mano mezclaba los blanqueadores ópticos, la sal, la sosa y los perfumes. Los niños de la familia colaboraban en la tienda entre bidones, jabones, cintas y botones.
La tienda no era solo un negocio: era un modo de vida. Los ocho hermanos crecieron dentro del comercio y Amparo, la sexta, continuó al frente hasta su jubilación el pasado 31 de julio.
Décadas de servicio, conocimientos y cercanía
La clave del éxito de la droguería fue siempre la honestidad. Amparo lo resume así: «Solo recomendábamos lo que habíamos probado. Si no funcionaba, no se vendía». Esa combinación de sinceridad y saber hacer creó una clientela fiel durante generaciones.
El local guardaba auténticos tesoros, como una mesa centenaria que Amparo restauró recientemente o periódicos del año 1921 que encontró bajo el cuero del tablero.
La pandemia y el declive del comercio tradicional
La llegada del COVID aceleró el cambio de hábitos hacia las compras por internet. También fue difícil encontrar personal con conocimientos de mercería y costura que mantuviera el espíritu del negocio.
Con el tiempo, la tienda dejó de ser sostenible y cerró sus puertas tras más de 80 años en la avenida del Puerto.
Un legado que puede perderse
Si nadie continúa con el negocio, es posible que dentro de unos años la fachada número 43 de la avenida del Puerto albergue otro comercio. Entonces, pocos recordarán que entre esas paredes se fabricó el primer detergente español y que una familia entera construyó allí su vida.
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