La Torre de la Calahorra: la fortaleza donde aún susurran las sombras
Redacción · 16 noviembre 2025 · Valencia Prohibida
Introducción: una torre que nunca descansó
En pleno corazón de Elche se alza una estructura que parece observarlo todo en silencio: la Torre de la Calahorra. Sus muros, erosionados por más de ocho siglos, han sido testigos de guerras, tragedias, ritos secretos y sucesos que jamás encontraron explicación oficial. La historia documentada ya resulta fascinante, pero las voces que durante décadas han acompañado a este lugar hablan de algo más: un espacio donde el pasado aún respira… y no siempre de forma amigable.
El caso: siglos de muertes, rituales y testimonios inquietantes
La Calahorra nació como fortaleza árabe en los siglos XII–XIII, formando parte del sistema defensivo de la villa amurallada. Más tarde, ya en época medieval, funcionó como castillo y como punto de control estratégico del acceso principal a la ciudad. Durante su historia se registraron enfrentamientos, ejecuciones y muertes asociadas a los periodos de guerra y enfermedades que sacudieron la región. Siglos después, la torre fue vivienda particular, y la última persona que habitó allí aseguró haber visto una figura humana sin cabeza cruzando uno de los pasillos. No era un turista, ni un visitante ocasional: era alguien que conocía cada rincón del edificio. Y sin embargo, jura que aquello no era humano.



Documentación, archivos o prensa histórica
La historia arquitectónica de la torre está documentada en archivos municipales y publicaciones sobre patrimonio ilicitano, donde se detalla su origen islámico, su evolución medieval y la pérdida de parte de su altura tras el terremoto de 1829. También existen referencias en prensa y en testimonios recogidos por investigadores locales que afirman que, durante el siglo XIX, en algunas de sus salas se reunía una logia masónica. Aunque su pertenencia al llamado “rito egipcio” no está confirmada con documentación oficial, sí se conservan en el interior signos y decoraciones asociados a la masonería.
Teorías y explicaciones posibles
Los testimonios paranormales sobre la Calahorra se dividen en dos vertientes. Por un lado, quienes la estudiaron desde la parapsicología aseguran haber registrado psicofonías con voces, lamentos y sonidos imposibles de atribuir a ecos o ruidos ambientales. Por otro, los historiadores locales suelen apuntar que los materiales, la acústica interior y las modificaciones arquitectónicas pueden producir efectos sonoros desconcertantes. La figura sin cabeza, sin embargo, sigue siendo el relato más repetido. Algunos lo atribuyen a sugestión, otros a un episodio de sueño despierto, y los más convencidos insisten en que la torre guarda presencias que no han abandonado el lugar desde su pasado más violento.
Conclusión: una herida abierta en la memoria de Elche
La Calahorra no es solo un monumento: es una cicatriz viva. Un edificio que ha sobrevivido a invasiones, terremotos, secretos y silencios. Su historia verificada es impactante, pero su historia oculta es aún más persistente. Quizá por eso tantos visitantes aseguran sentir que alguien —o algo— los observa desde lo alto, incluso en los días más luminosos. En Valencia Prohibida, la Torre de la Calahorra se convierte en un recordatorio de que, en ocasiones, el pasado no se limita a sobrevivir en los libros… también lo hace en las sombras.
Ubicación actual y cómo visitarla
La Torre de la Calahorra se encuentra en el centro histórico de Elche, junto a la antigua puerta de la Lucentina. Hoy puede contemplarse desde la vía pública y forma parte del patrimonio monumental de la ciudad. Aunque su interior no siempre está abierto, la visita exterior permite apreciar su diseño almohade, sus muros imponentes y la sensación —difícil de describir— de que es un lugar donde la historia no ha terminado de escribirse.
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