La maquinaria pesada y casi 300 operarios trabajan contrarreloj para restablecer el acceso a zonas críticas antes del verano, clave para la prevención de incendios
Emergencia forestal tras el agua: recuperar para proteger
Más de medio año después de la histórica DANA que asoló la Comunitat Valenciana el pasado 29 de octubre, los trabajos de recuperación del terreno forestal avanzan a buen ritmo. Hasta la fecha, se han logrado rehabilitar 159 kilómetros de pistas forestales que quedaron destruidas o inservibles por la fuerza del agua. Una labor estratégica que no solo busca restaurar caminos, sino proteger los montes frente a posibles incendios en plena campaña estival.
En total, se movilizaron cerca de 300 operarios y 180 máquinas de tipologías diversas —desde excavadoras y retroexcavadoras hasta vehículos todoterreno especializados— para intervenir en una red forestal dañada que supera los 2.700 kilómetros. Esa distancia equivale, aproximadamente, al trayecto por carretera entre Valencia y Varsovia.
186 municipios afectados y daños generalizados
Las lluvias torrenciales de finales de octubre provocaron destrozos en hasta 186 municipios valencianos. Los barrancos rebosaron, los caminos rurales fueron arrasados, y los accesos a zonas estratégicas como depósitos de agua o torres de vigilancia quedaron inutilizables. De hecho, además de los caminos, ya se han rehabilitado diez depósitos de agua clave para la extinción de incendios y dos observatorios forestales.
“La red completa aún no está al 100%, pero ya podemos garantizar el abastecimiento de cualquier punto donde pueda declararse un incendio”, aseguró el conseller de Infraestructuras, Vicente Martínez Mus, durante una visita a la zona afectada.
El ojo del dron y los datos de la catástrofe
Una herramienta clave en esta tarea ha sido el dron de la Generalitat, que ha permitido mapear los daños con precisión. Según los registros, solo el 29 de octubre se llegaron a recoger hasta 771 litros por metro cuadrado en algunos puntos. Dos días después, las lluvias castigaron especialmente la provincia de Castellón, dejando una huella de destrucción sobre cerca de 650.000 hectáreas de terreno forestal repartidas en 20 comarcas.
La comarca de Els Ports, en el interior castellonense, ha sido una de las más golpeadas, con núcleos rurales incomunicados y pistas esenciales completamente desdibujadas. “Los principales focos de preocupación siguen estando en Castellón”, confirmó Raquel Checa, directora general de Prevención de Incendios Forestales.
Tres fases, 93 millones de euros y un horizonte de 18 meses
El plan de recuperación se ha estructurado en tres grandes fases. La primera fue la evaluación de daños, valorada inicialmente en 93 millones de euros. La segunda se ha centrado en restituir las conexiones prioritarias: accesos a depósitos, observatorios y rutas logísticas esenciales.
Actualmente está en marcha la tercera fase, que se extenderá unos 18 meses más y tiene como meta asegurar que ninguna zona quede desprotegida frente al riesgo de incendio. Las autoridades insisten en que la inversión es también una medida de protección civil.
Conclusión: que el agua no deje paso al fuego
La lección es clara: tras la devastación de la DANA, lo urgente era actuar rápido. Pero lo importante es hacerlo bien. Porque cada kilómetro recuperado es un acceso garantizado para los servicios de emergencia. Y cada pista reabierta puede ser la diferencia entre contener un incendio o lamentar una nueva catástrofe.
La Comunitat Valenciana sigue reparando su piel verde. Con tierra, maquinaria y mucho esfuerzo humano. Para que lo que arrasó el agua no lo termine de devorar el fuego.