En un mundo herido por guerras, desigualdad y ruido, hay momentos en los que la belleza se convierte en refugio, y el arte en antídoto. MODAVISIÓN® 2025 no fue un simple desfile. Fue una celebración poética de la dignidad humana, una coreografía de tejidos y símbolos alzados en nombre de los niños marcados por la guerra, de quienes sufren enfermedades invisibles, de los que conviven cada día con una disfunción que la sociedad muchas veces no sabe mirar.



El fantástico Teatro del Estrecho de Madrid acogió esta edición histórica, donde la estética dejó de ser solo forma para convertirse en fondo, conciencia y mensaje. Y en el centro de esa transformación estuvieron dos figuras esenciales, dos pilares que dotaron al evento de una profundidad ética y filosófica sin precedentes:
Antonio Camaró, el pintor de la paz: su obra no desfila, despierta. Camaró no pinta con pinceles, sino con ideas. En esta edición creó una pieza única para el diseñador ganador, una pintura que no era solo un premio, sino una promesa: la de un mundo más humano, más justo, más libre. Su presencia en MODAVISIÓN 2025 encarnó la dimensión espiritual del arte comprometido, ese que no busca decorar paredes, sino despertar conciencias.
Pedro Adalid, mecenas y referente en la cultura y la educación española, aportó a MODAVISIÓN 2025 una dimensión ética y filosófica imprescindible. Doctor en Educación y comisario de arte, su implicación como figura de respaldo y reflexión convirtió su presencia en un sello de profundidad intelectual y compromiso con el arte como herramienta transformadora. Aunque no intervino públicamente, su acompañamiento al evento representó el valor del pensamiento crítico en el mundo de la estética. Adalid personifica la convicción de que la belleza, para ser verdaderamente significativa, debe estar al servicio de la dignidad humana.
Diez diseñadores internacionales participaron representando a países como Ucrania, Hungría, Argentina, Países Bajos, Irlanda o Filipinas. Todos, elegidos por votación popular, no vinieron solo a mostrar colecciones, sino a narrar historias. La ganadora fue Ekaterina Chepak, diseñadora ucraniana que convirtió el dolor de su país en poesía visual.
También desfilaron Sofía y Kateryna, dos niñas con discapacidad auditiva procedentes de Járkov, Ucrania. Su paso por la pasarela no fue anecdótico, fue símbolo. Con el apoyo de los mecenas de MODAVISIÓN, Antonio Camaró y Pedro Adalid, demostraron que la moda también puede ser instrumento de visibilidad, empoderamiento y ternura.
El espectáculo fue presentado por Diego Ferro y Sara Reques, con actuaciones de RedMoon, Laura Sky, y la cantante internacional Carat.
MODAVISIÓN 2025 fue organizada con amor y entrega por quienes creen en el poder transformador del arte y el pensamiento. Desde su fundadora, Olga IF, galardonada con dos Récords Guinness por sus desfiles inclusivos, hasta el equipo humano que lo ha hecho posible, todos han compartido una misma certeza:
“No hay diseño más bello que el que ayuda a sanar.”
Madrid fue testigo de una pasarela donde la moda no fue vanidad, sino verdad. Donde cada tejido hablaba, cada silueta gritaba y cada paso era un acto de paz. MODAVISIÓN 2025 no solo homenajeó a los creadores. Homenajeó a la humanidad.
Y en ese homenaje, el arte del valenciano universal Antonio Camaró y la filosofía de Pedro Adalid nos recordaron que la belleza puede salvar al mundo… si se hace con alma.