VALENCIA, 10 de octubre. – El Ayuntamiento de Valencia ha anunciado que un centenar de rótulos comerciales antiguos pasarán a ser considerados Bien de Relevancia Local (BRL), una medida con la que se busca preservar el patrimonio gráfico y cultural de la ciudad.
Estos letreros, algunos con más de medio siglo de historia, quedarán protegidos oficialmente, de modo que no podrán retirarse ni modificarse, incluso si el negocio cambia de actividad o se rehabilita la fachada donde están instalados.
Un catálogo que rescata la memoria visual de la ciudad
La iniciativa parte de un catálogo elaborado por los diseñadores Juan Salvador y Juan Nava, que recopila más de un centenar de rótulos emblemáticos que forman parte de la identidad urbana de Valencia. Muchos de ellos son de cerámica tradicional, otros están pintados en vidrio o hierro forjado, y algunos incluso indican refugios antiaéreos de la Guerra Civil.
“Son las voces del barrio, los rótulos que recordamos de cuando éramos pequeños, los que marcaban la vida cotidiana de cada calle”, explicó Juan Salvador.
“Estamos perdiendo muy rápido la identidad de los barrios porque desaparecen estos elementos”, añadió su compañero Juan Nava.
Desde Philips hasta los antiguos refugios
El proyecto tomó como punto de partida los paneles cerámicos de Philips, instalados en 1957, que con su característica bombilla azul se convirtieron en un símbolo de la modernidad industrial de la época. Estos mosaicos ya cuentan con la categoría de BRL, aunque los autores del catálogo reclaman una limpieza y restauración urgente para devolverles su esplendor original.
Patrimonio gráfico y emocional
La medida municipal busca reconocer que estos rótulos no son solo piezas decorativas, sino testimonios vivos de la historia social, comercial y artística de Valencia. Cada tipografía, color y material refleja un momento cultural distinto, desde los talleres artesanos de principios del siglo XX hasta los escaparates luminosos del desarrollismo.
Con esta declaración de protección, el Ayuntamiento garantiza que este legado visual y emocional seguirá formando parte del paisaje urbano. Los rótulos antiguos —que han narrado la vida de generaciones enteras— se consolidan así como una memoria colectiva que no caerá en el olvido.