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Hostelería celebra anulación de zonas ZAS en Valencia

Hostelería celebra anulación de zonas ZAS en Valencia

El sector hostelero aplaude la decisión judicial que revoca la declaración ZAS en las zonas de Honduras y Cedro

El sector de la hostelería en Valencia ha recibido con entusiasmo la resolución judicial que anula las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS) en las áreas de Plaza Honduras y Calle Cedro. Para los empresarios de la restauración y ocio nocturno, estos fallos marcan un hito crucial en la defensa de sus derechos frente a medidas que consideran desproporcionadas.

Las sentencias del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) abren la puerta a un nuevo escenario donde la coexistencia entre vecinos y locales se plantea desde la necesidad de medidas más equilibradas y proporcionadas.

¿Qué son las zonas ZAS y por qué son polémicas?

Las zonas ZAS son áreas urbanas en las que, debido a niveles elevados de ruidos y molestias, se imponen restricciones a los horarios y licencias de establecimientos de ocio y restauración. Estas limitaciones afectan especialmente a locales nocturnos, bares, pubs y terrazas.

En barrios como Plaza Honduras y la Calle Cedro, situados próximos a universidades y muy frecuentados por jóvenes, la declaración ZAS limitaba severamente la actividad hostelera con restricciones horarias, suspensión de licencias y limitación del uso de terrazas. Estas medidas generaron controversia desde el principio por su impacto económico y por la falta, según argumentaban los empresarios, de un proceso riguroso y transparente en su aplicación.

Consecuencias de la aplicación ZAS

Las asociaciones hosteleras han insistido durante meses en la necesidad de revisar estas normativas. El problema, aseguran, no es solo económico, sino también jurídico y social, ya que muchos procesos de declaración ZAS se realizaron sin una evaluación adecuada y sin escuchar todas las voces implicadas.

La justicia da la razón a los hosteleros

El Tribunal Superior de Justicia ha sentenciado la anulabilidad de las ZAS en Honduras y Cedro, respaldando los argumentos presentados por la agrupación empresarial FEHV (Federación Empresarial de Hostelería de Valencia) y otras entidades del sector.

Según el fallo judicial, el Ayuntamiento de Valencia incurrió en “falta de motivación y rigor técnico” al declarar estas zonas como acústicamente saturadas. Además, el tribunal también destacó la carencia de una medición sonora objetiva conforme a la normativa en vigor y la falta de participación ciudadana efectiva.

Principales argumentos de la sentencia

Estas conclusiones suponen un revés importante para la política desplegada por el consistorio anterior, responsable de la aprobación de las ZAS. Para la justicia, el procedimiento no garantizó el equilibro entre el derecho al descanso vecinal y la libertad de empresa.

Reacciones del sector hostelero

Tras conocerse la sentencia, las reacciones no se hicieron esperar. La Confederación Empresarial de Hostelería y Turismo de la Comunidad Valenciana (CONHOSTUR) y la Federación de Hostelería de Valencia (FEHV), expresaron su alegría y reivindicaron el fallo como una victoria a favor del empleo, la economía y la convivencia urbana.

La anulación de las ZAS supone, según los empresarios, una oportunidad para volver a sentarse a dialogar con las administraciones y diseñar modelos de ciudad más inclusivos que no criminalicen sectores económicos fundamentales.

Declaraciones destacadas

Desde el gremio subrayan que no están en contra de una regulación ambiental adecuada, pero sí rechazan modelos restrictivos que afectan solo a una de las partes.

¿Qué pasará ahora en las zonas anuladas?

Con la anulación de las zonas ZAS en Plaza Honduras y Calle Cedro, el escenario normativo cambia por completo. Los locales de hostelería afectados podrán retomar sus horarios habituales y volver a trabajar sin las restricciones impuestas desde la declaración ZAS.

Sin embargo, esta decisión judicial no debe interpretarse como un “todo vale”. Desde el propio sector se pide responsabilidad para evitar nuevas confrontaciones. La clave, afirman, está en establecer acuerdos de buenas prácticas y reforzar la vigilancia en casos puntuales sin recurrir a medidas indiscriminadas.

Posibles próximas acciones

Vecinos y oposición exigen alternativas

Mientras el sector hostelero celebra, algunas asociaciones vecinales y representantes políticos han expresado su preocupación por el fallo. Temen que esta decisión reabra el conflicto y no resuelva de raíz los problemas de descanso y convivencia en áreas con gran actividad nocturna.

Desde la oposición municipal, algunos partidos han instado al Ayuntamiento a proponer medidas alternativas que garanticen el equilibrio entre desarrollo económico y calidad de vida vecinal. La necesidad de una nueva normativa que sea justa, técnica y participativa se impone como uno de los retos inmediatos.

La importancia de un urbanismo equilibrado

Esta sentencia vuelve a poner en el centro del debate el modelo de ciudad que Valencia quiere para su futuro. La actividad del ocio nocturno y la restauración son pilares fundamentales de la economía urbana, pero también lo es la protección del entorno residencial.

Buscar una convivencia pacífica entre ambos intereses requiere de políticas que no se basen en prohibiciones generalizas, sino en acuerdos específicos, innovación y mediación efectiva.

Claves para una futura regulación eficiente

Conclusión: la necesidad de diálogo y consenso

La anulación de las ZAS en Honduras y Cedro representa un punto de inflexión en la gestión del ocio urbano en Valencia. Más allá del fallo judicial, la situación abre la puerta a una reflexión más profunda sobre cómo gestionar la vida nocturna en una ciudad moderna.

Los hosteleros valencianos han ganado una importante batalla legal, pero también han asumido la responsabilidad de buscar soluciones que no aviven el conflicto. La nueva política urbana debe construirse desde la base del entendimiento, el respeto mutuo y la participación ciudadana.

Se perfilan nuevos retos, como revisar la legalidad de otras ZAS en la ciudad, pero también nuevas oportunidades para mejorar la convivencia y garantizar una Valencia donde el desarrollo económico y la calidad de vida no sean incompatibles.

El camino está abierto. Ahora, la respuesta debe ser colectiva.

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