¿Os habéis fijado estos últimos días en el Miguelete? ¿No habéis notado la presencia de unas bolas en su parte más alta?
La Junta de Comercio de Valencia en los años de producción de Larrosa y Antonio Pascual y Abad están entre 1850-1882. dejaba este documento que explicaba el funcionamiento de las mismas
Era un plan de las señales que por medio de bolas en el Miguelete para anunciar que hay buque o buques de vapor a la vista
Ahora Autoridad Portuaria de Valencia y la Catedral han colaborado para la instalación en el Miguelete de un telégrafo óptico portuario que reproduce el mecanismo y los códigos que se utilizaban hace 180 años para avisar de la llegada de barcos a comerciantes, viajantes y ciudadanos de la ciudad.
Ambas instituciones han presentado esta réplica del instrumento que comunicó y unió el centro histórico de València con el puerto durante cerca de 50 años, desde 1841 hasta finales del siglo XIX, y que permanecerá en lo alto de la torre del Micalet el próximo mes.
Se trata de un mecanismo que, mediante un sistema de bolas, informaba a los vecinos y comerciantes del origen de los buques que arribaban a puerto –uno o varios desde Cataluña o desde Cádiz y si eran barcos de mercancías o de guerra–. De este modo, hacía de “semáforo”, de instrumento de aviso, debido a que Valencia “está bastante separada del mar y la distancia era entonces mucho mas grande por los medios de comunicación”.
“Para los comerciantes de fruta, tejidos… Era importante saber que había llegado el barco con los suministros o el barco al que tenían que llevar las mercancías”, ha explicado Jaime Sancho, canónigo conservador del patrimonio de la Catedral de València.
El director de Innovación y Desarrollo Portuario de la Fundación ValenciaPort, Arturo Monfort, ha señalado que se trata de un mecanismo “esencialmente gráfico”. “El conjunto de las tres bolas, en función de su posición relativa y del número de ellas, indicaba si había venido un barco, vapor en este caso, desde Cataluña o desde Cádiz. Era una información que servía no solo al sector de los comerciantes sino que generaba información para los ciudadanos”, ha apuntado.
Este sistema, que fue bautizado como telégrafo óptico portuario, contó con la colaboración de la prensa de la época para “facilitar” esta información a la ciudadanía. En concreto, el Diario de Valencia y después el Mercantil “desde el siglo XIX daban la información de los buques en el puerto”, ha explicado Monfort.
El responsable de Innovación y Desarrollo Portuario ha expuesto que una persona se dedicaba al cambio de estas bolas y “conforme cambiaba la situación del puerto había que cambiar la posición de las bolas” con siete mensajes “más habituales” y hasta 12 combinaciones distintas. Esta instalación fue a iniciativa de la Junta de Comercio de la ciudad, que se reunía en la Lonja.