
Tanto por los datos arqueológicos como por el testimonio de la tradición y los documentos que se poseen, es completamente verosímil que este hermoso vaso estuviera en las manos del Señor cuando la víspera de su Pasión, tomó pan en sus santas y venerables manos, y, elevando los ojos al cielo, hacia ti, Dios, Padre suyo todopoderoso, dando gracias te bendijo, lo partió, y lo dio a sus discípulos diciendo:
“Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros”. Del mismo modo, acabada la cena, tomó este cáliz glorioso en sus santas y venerables manos, dando gracias te bendijo, y lo dio a sus discípulos diciendo: “Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía”
(Plegaria eucarística I, Canon romano. Cf. Mateo 26-29; Marcos 14, 22-25, Lucas 22, 1520 y I Corintios 11, 23-25)
La Primera Impresión
El Santo Cáliz de Valencia suscita a la vez las sensaciones de admiración y escepticismo. El visitante se siente primero cautivado por la belleza del Grial, su forma perfecta y extraña, los detalles de oro y las perlas y piedras preciosas; viene también el observador con la mente llena de leyendas, películas e incluso prevenido por las novelas y la literatura pseudocientífica de temas “griálicos”.
Pero también con escepticismo:
¿Cómo puede ser ese cáliz de apariencia medieval la copa de la última Cena? ¿Por qué en Valencia? ¿No será acaso uno de tantos presuntos Griales? ¿Por qué no es tan famoso como la Sábana Santa de Turín o la Túnica de Treveris? Y así tantas preguntas como escuchamos cada día en la Catedral.
No debe engañarnos la apariencia.
En realidad, la reliquia es la parte superior, que es una taza de ágata finamente pulida, que muestra vetas de colores cálidos cuando refracta la luz; es una preciosa “copa alejandrina” que los arqueólogos consideran de origen oriental y de los años 100 al 50 antes de Cristo. Ésta es la conclusión del estudio efectuado por el profesor D. Antonio Beltrán y publicado en 1960 (“El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia”), nunca refutado, y que está en la base del creciente respeto y conocimiento del Santo Cáliz.
Mucho más posteriores son las asas y el pie de oro finamente grabado, que encierra una copa o “naveta” de alabastro, de arte islámico, diferente a la copa; todo ello, lo mismo que las joyas que adornan la base son de época medieval. Las dimensiones son modestas: 17 cm. de altura, 9 cm. de anchura de la copa y 14,5 x 9,7 cm. que tiene la base elíptica.
La Tradición de los Primeros Siglos
La tradición nos dice que es la misma Copa que utilizó el Señor en la última Cena para la institución de la Eucaristía, que luego fue llevado a Roma por San Pedro y que conservaron los Papas sucesores a éste hasta San Sixto II, en que por mediación de su diácono San Lorenzo, oriundo de España, fue enviado a su tierra natal de Huesca en el siglo III para librarlo de la persecución del emperador Valeriano. Recomienda esta permanencia del Santo Cáliz en Roma la frase del Canon Romano mencionada antes: “Tomo este Cáliz glorioso”, hoc praeclarum calicem; expresión admirativa que no encontramos en otras anáforas antiguas, y no podemos olvidar que la plegaria eucarística romana es la versión latina de otra en lengua griega, pues ésta fue la propia de la Iglesia de Roma hasta el Papa San Dámaso en el siglo V.
La Historia del Santo Cáliz en España
El Santo Cáliz en Valencia
¿Es auténtico?
Así pues, los Apóstoles y los primeros cristianos pudieron identificar el vaso de la primera Eucaristía y conservarlo a pesar de su fragilidad ¿Cómo pudo conservarse intacto los primeros y azarosos mil años si no es porque lo protegía la memoria de un misterio sacratísimo?
Las Leyendas del Grial
El tema de la búsqueda del Grial, objeto maravilloso y fuente de vida, es fundamental en la literatura medieval franco-germánica, y su origen está sobre todo en las obras deChretien de Troyes, que dejó inacabada hacia 1190 su obra Perceval o el Cuento del Graal; aquí no se explica cuál es la naturaleza de esta joya, y fue Wolfram von Eschenbach quien le dio forma de cáliz en su poema “Perceval el Galés”. Se cree que concibió su Parsifal a principios del siglo XIII, en el Wartburg, mítico castillo, cuna de poetas y trovadores; y que lo finalizó en 1215. Allí, en este castillo, donde estos cantores al Amor, estos Maestros Cantores, cuyas tres reglas principales, Dios, su señor y la mujer amada, constituían la fuente de sus inspiraciones, compuso Wolfram su magna obra. Pues él fue el príncipe de los trovadores, la máxima figura junto aWalter von der Vogelweide y Heinrich Tannhäuser.
Recientes investigadores, como Michael Hesemann (“Die Entdeckung des Heiligen Grals. Das Ende einer Suche”, Ed. Pattloch 2003), sitúan el origen de estas leyendas en España y sobre la base del Cáliz de ágata de San Juan de la Peña, y no podemos olvidar que fueron la fuente de inspiración para las grandes obras poético-musicales deRichard Wagner “Tannhäuser”, “Parsifal” y “Lohengrin”.
Un tema de actualidad
Pero si bien la literatura griálica medieval encontró en la búsqueda del sagrado vaso un símbolo de purificación y de renuncia para llegar a la perfección personal y a la salvación, asistimos desde hace años a la aparición novelas fingidamente históricas y a toda una literatura esotérica que hace del Grial un oscuro objeto o una tradición ocultada a través de los siglos que conservaría la auténtica esencia del cristianismo o la verdadera historia de Jesús de Nazaret. Parece que lo que no consiguió la crítica liberal y el materialismo anti-religioso, se pretendiera ahora lograr con esta pseudo divulgación para destruir la limpia fe de la Iglesia en Jesucristo el Señor. De este modo, la sospecha y la falsedad buscan empañar lo que fue y debería seguir siendo un icono de la cultura cristiana.
Este es el mensaje que se desea proclamar desde la Catedral de Valencia, con el apoyo de beneméritas asociaciones como la Real Hermandad y la Cofradía del Santo Cáliz que, junto con el Cabildo Metropolitano, mantienen el culto y la difusión de la devoción del Santo Cáliz, que se expresa en las peregrinaciones de parroquias y entidades religiosas y cívicas, todos las semanas, en la celebración de los“jueves del Santo Cáliz”.