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Greenpeace presenta en Valencia su modelo de alimentación sostenible como respuesta a la crisis climática y de biodiversidad

La organización ecologista defiende en Benimaclet una “revolución alimentaria” para transformar el actual sistema agroalimentario

La organización Greenpeace ha presentado en Valencia su nuevo informe “Revolución Alimentaria: Urge una transición del inviable sistema actual a un modelo alimentario sostenible”, un documento que reclama cambios profundos en los actuales patrones de producción y consumo de alimentos para hacer frente a la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la degradación de los recursos naturales.

El acto de presentación se ha celebrado en un espacio emblemático: el mercado agroecológico de la plaza de Benimaclet, en el corazón de uno de los barrios más activos de la capital valenciana en defensa del territorio agrícola periurbano.

Una llamada urgente al cambio de modelo agroalimentario

Durante el encuentro, Greenpeace ha alertado de que el actual sistema alimentario global es uno de los principales motores de la emergencia climática y la pérdida de biodiversidad, por lo que resulta urgente avanzar hacia un modelo alternativo basado en:

“Si queremos garantizar el derecho a una alimentación sana, justa y respetuosa con el planeta, debemos transformar de raíz el actual modelo industrializado de producción de alimentos”, han defendido los portavoces de Greenpeace.

El papel de l’Horta de València como ejemplo de modelo sostenible

Durante la presentación, diversos colectivos locales han puesto como ejemplo el valor de l’Horta de València, uno de los últimos cinturones agrícolas periurbanos activos de Europa, que demuestra que es posible combinar sostenibilidad, producción local y soberanía alimentaria.

Representantes de la asociación Per l’Horta han reivindicado la necesidad de proteger el suelo agrícola valenciano frente a la presión urbanística, la expansión de infraestructuras y la pérdida progresiva de superficie cultivada.

“El futuro pasa por defender el territorio, por apoyar a nuestros agricultores y por promover circuitos cortos de comercialización de alimentos frescos, sanos y de proximidad”, han subrayado.

Participación activa del sector primario y del mundo gastronómico

En el acto han participado también productores locales, agricultores ecológicos y representantes de asociaciones agrarias, que han defendido que el modelo agroecológico es viable económicamente, socialmente justo y ambientalmente necesario.

El prestigioso chef valenciano Juan Llorca ha intervenido para destacar el papel de la restauración responsable en el cambio de hábitos alimentarios. “Desde la cocina podemos educar, sensibilizar y demostrar que comer de forma sostenible es delicioso, accesible y saludable”, ha afirmado.

Greenpeace denuncia el peso de la agroindustria y los lobbies cárnicos

En su informe, Greenpeace denuncia que las políticas agroalimentarias actuales siguen dominadas por los intereses de la gran agroindustria y los lobbies de la producción cárnica intensiva, que consumen recursos desproporcionados, generan altas emisiones contaminantes y contribuyen a la destrucción de hábitats naturales.

Por ello, la organización ecologista exige a los gobiernos:

Valencia, ciudad referente en transición alimentaria

La elección de Valencia como escenario de presentación no ha sido casual. En los últimos años, la ciudad ha desarrollado proyectos pioneros en políticas de alimentación sostenible, como:

Greenpeace ha elogiado el compromiso de la sociedad civil valenciana y de numerosos colectivos locales que trabajan desde hace años en la defensa de un modelo alimentario alternativo.

Una transición urgente para el futuro del planeta

El informe presentado concluye con un mensaje claro: sin transformación alimentaria no habrá solución efectiva a la crisis climática ni a la pérdida acelerada de biodiversidad. “El sistema alimentario no es solo víctima del cambio climático: es uno de sus principales causantes”, advierte Greenpeace.

La organización ecologista emplaza a las administraciones, al sector privado, al mundo académico y a la ciudadanía a asumir su responsabilidad colectiva para iniciar una verdadera revolución alimentaria, basada en justicia social, salud pública y respeto al planeta.

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