Procesión, tradición y fervor en el corazón histórico de la ciudad, bajo el sol abrasador de junio
Valencia ha vivido este domingo uno de sus días más solemnes y tradicionales: el día grande del Corpus Christi, conocido popularmente como la “Festa Grossa”. A pesar del intenso calor que ha marcado esta jornada de junio, miles de valencianos y visitantes se han volcado en una celebración que mantiene vivo un ritual que hunde sus raíces en el siglo XIV.
Abanico en mano, sombreros, gorras y botellas de agua han sido protagonistas paralelos de una jornada donde el patrimonio religioso, cultural y popular de Valencia ha brillado con intensidad.
El Corpus Christi: la gran fiesta de la Valencia histórica
El Corpus Christi de Valencia es mucho más que una procesión religiosa. Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, es una expresión de la identidad histórica de la ciudad que cada año llena el centro de Valencia de:
- Gigantes y cabezudos.
- Las Rocas: las monumentales carrozas procesionales, auténticas joyas móviles del siglo XV y XVI.
- Los famosos personajes bíblicos danzantes, como los populares «els nanos», «la Moma i els Momos» o «els gegants».
- El solemne paso de la Custodia, pieza central de la procesión.
Durante el recorrido, los asistentes contemplan la mezcla de elementos litúrgicos, alegóricos, históricos y folclóricos, que convierten la procesión en un espectáculo único.
Abanicos, agua y resistencia al calor
Las altas temperaturas no han impedido que el público, armado de abanicos, paraguas de tela y gorros de paja, haya llenado las calles del centro histórico:
- La Plaza de la Virgen, la Plaza de la Reina, la calle Caballeros y la Plaza del Ayuntamiento han sido los grandes escenarios del paso de la comitiva.
- Las autoridades sanitarias y de Protección Civil habían activado recomendaciones de precaución ante las temperaturas superiores a los 35 grados, especialmente para los mayores y los niños.
- A lo largo del recorrido, se han habilitado puntos de avituallamiento de agua y zonas de sombra improvisadas por los propios asistentes.
Pese al calor, el ambiente festivo y devocional se ha mantenido intacto durante toda la jornada.
Un Corpus que mezcla solemnidad y color popular
La procesión general de la tarde, el momento más esperado del día, ha mostrado de nuevo la riqueza escénica de esta festividad:
- Han desfilado los oficiales del Capítulo de la Catedral, los miembros del Cabildo Metropolitano, cofradías y gremios históricos.
- El imponente paso de la Custodia de plata sobredorada, obra maestra del orfebre valenciano Antonio Mateu (s. XVI), ha vuelto a emocionar a fieles y curiosos.
- Las tradicionales Danzas del Corpus, algunas de ellas declaradas Bien de Interés Cultural Inmaterial, han puesto el toque coreográfico a la jornada.
Las Rocas: testigos de cinco siglos de historia valenciana
Uno de los elementos más distintivos del Corpus de Valencia son las imponentes Rocas:
- Estas carrozas monumentales, algunas de ellas construidas en el siglo XV, representan episodios del Antiguo Testamento y escenas alegóricas vinculadas a la Eucaristía.
- Custodiadas habitualmente en la Casa de las Rocas, desfilan de forma solemne por las calles del centro durante la procesión, arrastradas por caballerías adornadas para la ocasión.
El Corpus: tradición viva que une a generaciones
El Corpus Christi en Valencia es una celebración que consigue año tras año implicar a diferentes generaciones de valencianos:
- Los niños participan como ángeles, danzantes o “pastorcillos”.
- Los adultos colaboran como miembros de las cofradías, portadores de pasos o músicos.
- Los mayores contemplan el desfile como herederos de una tradición que han vivido durante toda su vida.
Este fuerte arraigo popular, sumado a la singularidad de los elementos patrimoniales, hace que el Corpus valenciano sea uno de los más antiguos, complejos y mejor conservados de Europa.
El Corpus Christi: símbolo de la Valencia más identitaria
Mientras en muchas ciudades el Corpus ha perdido parte de su antiguo esplendor, en Valencia se mantiene como una de las grandes citas anuales que aúnan:
- Fe religiosa.
- Orgullo histórico.
- Riqueza cultural.
- Participación ciudadana.
Ni el calor sofocante de este domingo ha podido restar brillantez a una celebración que sigue emocionando a propios y extraños, manteniendo viva la memoria de una Valencia que, cada año, vuelve a sus orígenes medievales bajo el sol del Corpus.