El Colectivo Nerval lleva a cabo una performance ininterrumpida de 72 horas en el vestíbulo del Teatre El Musical de València. Este evento es el cierre del proyecto ‘Antes todo esto era campo’, que explora la relación entre el ser humano y la naturaleza desde una perspectiva ecologista y contemporánea.
El Teatre El Musical (TEM) de València será el escenario de una experiencia artística única y ambiciosa a cargo del Colectivo Nerval. Durante 72 horas seguidas, los integrantes del colectivo realizarán una performance en vivo que desafía los límites del teatro y la resistencia física, mientras invita al público a un ejercicio de introspección y conexión con la naturaleza. Esta maratón performativa, que tendrá lugar en el vestíbulo del TEM, no solo marca el final de su proyecto de investigación escénica Antes todo esto era campo, sino que también busca generar una reflexión profunda sobre nuestra relación con el entorno natural y las implicaciones del cambio climático en nuestra vida cotidiana.
Un epílogo artístico: La culminación de un largo proceso creativo
La performance de 72 horas supone el epílogo de Antes todo esto era campo, un proyecto en el que el Colectivo Nerval ha estado trabajando durante los últimos meses. Este trabajo explora cómo el ser humano ha transformado su entorno natural y de qué manera esta relación puede ser reimaginada desde los postulados ecologistas contemporáneos. La investigación escénica de este proyecto se ha centrado en un enfoque dramatúrgico que combina el arte, la ecología y la introspección personal para crear un discurso crítico sobre el papel de la humanidad en la destrucción y preservación del medio ambiente.
A lo largo de esta investigación, los miembros del colectivo han explorado temas como la desconexión entre el ser humano y su entorno natural, el impacto de la urbanización desmedida y la necesidad urgente de una reconexión consciente con el mundo natural. Esta performance final no solo es un acto de resistencia física y mental por parte de los artistas, sino también una invitación a que el público se sumerja en un espacio reflexivo que permita examinar las tensiones entre naturaleza y cultura.
La duración como elemento de resistencia
Uno de los aspectos más llamativos de esta propuesta es su duración: 72 horas ininterrumpidas de acción performativa, algo inusual incluso dentro del contexto del teatro contemporáneo. Esta extensión temporal no es casual. Para el Colectivo Nerval, el tiempo se convierte en un recurso estético y político en la performance, permitiendo a los intérpretes y espectadores experimentar el agotamiento, la repetición y el cambio a un nivel visceral.
El colectivo explica que la resistencia física requerida para mantener esta actividad durante tres días consecutivos refleja las luchas y desafíos que enfrenta la humanidad en su relación con la naturaleza. “El cansancio, la monotonía y la necesidad de perseverar a lo largo de estas 72 horas son metáforas del esfuerzo global que debemos hacer para revertir el daño ambiental”, afirma uno de los miembros del grupo. La performance se transforma, así, en una metáfora sobre la resistencia y la urgencia de actuar frente a la crisis climática.
Un espacio de introspección compartida
El vestíbulo del Teatre El Musical ha sido elegido como el escenario de esta performance para subrayar la importancia del espacio público en las prácticas artísticas contemporáneas. A diferencia de una sala de teatro tradicional, este espacio abierto permitirá una interacción constante con el público, que podrá entrar y salir libremente a lo largo de las 72 horas. Los espectadores tendrán la oportunidad de observar el proceso desde diferentes perspectivas, participando de forma activa o pasiva en la acción.
El Colectivo Nerval ha explicado que uno de los objetivos de la performance es crear un espacio de introspección compartida. “Queremos que el público se sienta parte del proceso, que reflexione sobre su propia relación con la naturaleza y sobre cómo su vida diaria está conectada con los problemas ecológicos que enfrentamos a nivel global”, explica el grupo. Para ello, la performance estará abierta durante todo el día y la noche, permitiendo al público regresar en diferentes momentos y experimentar cómo evoluciona la acción con el paso del tiempo.
El compromiso del Colectivo Nerval con la sostenibilidad
Desde su formación, el Colectivo Nerval ha demostrado un fuerte compromiso con la sostenibilidad y las prácticas artísticas que ponen en primer plano las problemáticas medioambientales. En Antes todo esto era campo, este compromiso se manifiesta tanto en el contenido de la obra como en el proceso creativo detrás de la misma. El colectivo ha trabajado con materiales sostenibles y ha buscado minimizar el impacto ecológico de la producción, utilizando escenografía reciclada y optando por un uso consciente de la tecnología para reducir el consumo energético.
El Colectivo Nerval también ha hecho un esfuerzo por involucrar a la comunidad local en el desarrollo del proyecto, organizando talleres y encuentros que exploran la relación entre arte y ecología. Estos encuentros han servido para crear un diálogo entre los artistas y el público, permitiendo que las preocupaciones medioambientales sean discutidas desde múltiples perspectivas. Este enfoque colaborativo refuerza el mensaje central del proyecto: la necesidad de una acción conjunta y consciente para abordar los desafíos ecológicos de nuestro tiempo.
El Teatre El Musical: Un espacio para la experimentación artística
El Teatre El Musical, situado en el corazón del barrio de El Cabanyal en València, se ha consolidado en los últimos años como un centro clave para la experimentación artística contemporánea. Bajo su actual dirección, el TEM ha apostado por acoger propuestas innovadoras y comprometidas, que van más allá de las formas teatrales convencionales. La performance del Colectivo Nerval es un claro ejemplo de esta apuesta, al ofrecer una propuesta que combina arte, resistencia y reflexión en un espacio que invita al diálogo entre los artistas y el público.
El TEM, con su enfoque multidisciplinar, ha sido un escenario ideal para proyectos como Antes todo esto era campo, en los que se difuminan las fronteras entre teatro, arte visual y activismo. Este tipo de iniciativas han ayudado a posicionar al teatro como un espacio dinámico y relevante dentro del panorama cultural de València, atrayendo a audiencias interesadas en propuestas que desafían las convenciones artísticas y que abordan temas sociales y medioambientales de manera directa.